El Día Mundial Sin Alcohol, que se celebra cada 15 de noviembre, llega este año con una advertencia sanitaria de primer orden en España: el "binge drinking" o consumo en atracón se ha consolidado como una práctica de riesgo habitual entre los jóvenes. Cerca de tres de cada diez estudiantes de entre 14 y 18 años admiten haber ingerido cinco o más bebidas alcohólicas en menos de dos horas, una costumbre que los expertos califican de "adicción que empieza demasiado pronto" y que pone en jaque el desarrollo neurológico adolescente.
Según datos del Ministerio de Sanidad y el Plan Nacional Sobre Drogas (PNSD), este patrón de consumo, a menudo percibido como un simple rito social, tiene consecuencias neurológicas y psicológicas graves que van más allá de la resaca.
“Cada vez son más los adolescentes que llegan a urgencias con intoxicaciones etílicas graves derivadas del binge drinking. Lo que para ellos empieza como una forma inofensiva de divertirse, puede tener consecuencias reales y muy dañinas para su salud actual y futura”, advierte Antonio Peña Izquierdo, médico de Esvidas especializado en adicciones.
📉 Un 30% de Jóvenes en Riesgo: Cifras y Perfiles
El consumo en atracón se mantiene en cifras alarmantes, pese a mostrar una ligera tendencia a la baja según la Encuesta ESTUDES 2025. Aunque el porcentaje de jóvenes que lo practica ha descendido en casi cuatro puntos respecto a 2023, la tasa de participación sigue rozando el 30%, una cifra que los profesionales médicos consideran "elevadísima".
El doctor Peña subraya que, si bien la práctica está extendida, no todos los jóvenes tienen la misma predisposición. Los perfiles que más habitualmente caen en el binge drinking son:
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Jóvenes con dificultades de aprendizaje.
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Aquellos con problemas de conducta.
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Adolescentes con una marcada necesidad de socializar o que asumen roles de liderazgo en los botellones, arrastrando a compañeros.
🧠 Cerebro Adolescente vs. Alcohol: Una Batalla Desigual
La preocupación se centra en la vulnerabilidad del cerebro adolescente, que aún está en plena fase de desarrollo y es mucho más sensible al alcohol. Este desequilibrio neurológico agrava los riesgos del binge drinking:
| Estructura Cerebral | Función en Riesgo | Impacto del Alcohol |
| Corteza Prefrontal | Control de impulsos, toma de decisiones. | Aún inmadura, el alcohol reduce su capacidad de frenar conductas arriesgadas. |
| Hipocampo | Aprendizaje y memoria. | El alcohol altera su funcionamiento, causando pérdida de memoria y alteraciones cognitivas. |
| Amígdala | Regulación de emociones y deseos. | Hiperactiva en la adolescencia, promueve la asunción de riesgos y el consumo impulsivo. |
El consumo intensivo altera los mensajeros químicos cerebrales, como el GABA y el glutamato, y provoca inflamación cerebral. Los expertos advierten que estos daños silenciosos pueden alterar el desarrollo neurológico y la capacidad de aprendizaje a largo plazo.
El doctor Peña es tajante: “Cuanto más joven se empieza y mayor es la frecuencia de los atracones, más alta es la probabilidad de desarrollar una dependencia al alcohol en el futuro”.
🚨 Los Riesgos Invisibles que Deja el Atracón
Los efectos del binge drinking van mucho más allá de la resaca. Cada atracón incrementa de forma exponencial la probabilidad de:
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Riesgos Inmediatos: Accidentes, caídas, comportamientos impulsivos (sexuales o violentos), lesiones e intoxicaciones etílicas potencialmente mortales que requieren urgencias médicas.
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Secuelas Duraderas: Daño cerebral, pérdida de memoria, alteración del control emocional y aumento del riesgo de dependencia en la edad adulta.
Margarita de la Paz Pascual, psicóloga clínica de Esvidas, refuerza la postura científica: “No existe cantidad segura de alcohol para ninguna edad, menos aún en adolescentes. Lo que empieza con una copa diaria puede evolucionar en el desarrollo de problemas cognitivos o dependencia en un futuro”.
🗣️ La Prevención Empieza en la Conciencia: Consumo Cero
En el marco del Día Mundial Sin Alcohol, los profesionales de Esvidas insisten en la urgencia de romper la normalización del consumo entre menores y reforzar la prevención con un mensaje claro: el único consumo sin riesgo es 0.
Las propuestas de los expertos se centran en:
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Educación Sostenida: Campañas que expliquen los efectos reales del alcohol sin banalizarlos.
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Educación Emocional y Digital: Ofrecer a los jóvenes herramientas para gestionar la presión de grupo.
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Acompañamiento Familiar: Fortalecer la supervisión y el diálogo abierto, entendiendo que el consumo cero es una medida de protección de la salud, no una prohibición arbitraria.
“Necesitamos hablar del alcohol con la misma seriedad con la que hablamos de otras drogas”, concluye Antonio Peña. El binge drinking es el reflejo de una generación que busca intensidad sin medir las consecuencias, y la prevención debe pasar de la prohibición a la concienciación profunda.
