Europa se sitúa en la antesala de una revolución en la movilidad urbana con el inminente despliegue de los taxis autónomos o robotaxis. Estos vehículos integran avanzados sistemas de conducción, sensores y software inteligente, capaces de operar de forma segura en las complejas dinámicas de las ciudades, buscando ofrecer un servicio eficiente, sostenible y accesible. Sin embargo, este avance tecnológico genera incertidumbre y desconfianza en una parte de la ciudadanía.
🗓️ ¿Cuándo llegan los primeros taxis autónomos a Europa?
Los primeros taxis autónomos comenzarán a operar en Europa a partir de 2026. Alemania y Reino Unido serán los países pioneros en acoger estos vehículos sin conductor, mientras que Suiza iniciará pruebas piloto previamente.
La colaboración entre gigantes tecnológicos como Baidu y Momenta, y plataformas de movilidad como Lyft y Uber, será clave para una implementación controlada y gradual. El calendario inicial prevé una fase de pruebas piloto para monitorear la seguridad y eficacia, ajustando tecnología y operativa. No obstante, la llegada definitiva dependerá de la aprobación de los reguladores locales, que deberán certificar su seguridad y compatibilidad con las normativas de tráfico.
⚠️ Seguridad y Desconfianza: el gran desafío
A pesar de que estos vehículos incorporan sensores avanzados, cámaras de alta resolución e Inteligencia Artificial, la seguridad es la principal preocupación entre la población. Los incidentes reportados en países líderes en conducción autónoma, como Estados Unidos (cerca de 4.000 incidentes registrados entre 2019 y 2024, según la NHTSA), y los accidentes mortales con vehículos autónomos, avivan la reticencia y refuerzan la necesidad de protocolos de seguridad rigurosos. Estos casos sugieren, en la práctica, la necesidad de un conductor de respaldo atento.
🚕 Taxis de Conducción Humana: Un Futuro Incierto
La irrupción de los robotaxis plantea un escenario complejo para los más de 85.000 trabajadores del sector en España (incluyendo taxis y VTC). Los vehículos autónomos ofrecen:
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Eficiencia operativa.
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Disponibilidad 24/7.
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Costes reducidos.
Además, la adaptación de los taxis tradicionales a la conducción autónoma exige una inversión tecnológica (sensores, cámaras, conectividad avanzada) que resulta inasumible para la mayoría del parque actual.
Esteban Alabajos, director de RO-DES (red de desguaces españoles), advierte que "en el momento que se implemente este servicio autónomo, veremos cómo una parte importante del parque de taxis queda fuera de juego por no ser capaz de adaptarse a los nuevos estándares tecnológicos". Esto sitúa a los conductores ante un dilema económico complejo: la actualización es poco viable y la sustitución, a menudo inasumible.
“Nuestro objetivo es acompañar a los profesionales del sector en este proceso, facilitando la retirada y baja definitiva de los vehículos que ya no pueden seguir operativos, y garantizando que todo el procedimiento se realice de forma legal, segura y respetuosa con el medio ambiente”, añade Alabajos.
⚖️ Responsabilidad en caso de accidente: Un vacío legal
La llegada de los coches autónomos introduce un desafío legal aún sin resolver: ¿quién es el responsable en caso de accidente? Actualmente, la legislación europea y la de muchos países sigue asignando la responsabilidad al propietario, y los seguros tradicionales no cubren incidentes específicos de la conducción autónoma.
A este vacío legal se suman los elevados costes de reparación de estos vehículos. Fallos en sensores o baterías pueden hacer que las reparaciones sean tan costosas que el vehículo acabe directamente en el desguace.
En este contexto, los Centros Autorizados de Tratamiento de Vehículos (CATV), como los gestionados por RO-DES, cobran un papel protagonista.
“El tratamiento de un coche autónomo siniestrado requiere un nivel de especialización muy superior al de un vehículo convencional”, explica el director de RO-DES. “Estos automóviles incorporan componentes electrónicos y sistemas de baterías que deben gestionarse con precisión y bajo estrictas normas medioambientales. Por eso, los CATV son esenciales para garantizar que el proceso sea seguro, trazable y sostenible.”
Mientras fabricantes y autoridades trabajan en el marco legal, los desguaces ya se preparan para afrontar los retos técnicos y medioambientales de la era del vehículo autónomo.
