La diócesis de Tui-Vigo ha sido testigo de una profunda experiencia de fe y comunidad gracias a la peregrinación de 55 jóvenes al Jubileo de la Juventud en Roma. Bajo el lema "Peregrinos de esperanza", este grupo, acompañado por dos sacerdotes y organizado por la Delegación Diocesana de Pastoral Juvenil y Universitaria, recorrió varias ciudades italianas antes de culminar su viaje en un emotivo encuentro con el Papa León XIV.
Desde el 27 de julio, la peregrinación llevó a los jóvenes por Milán, Florencia y Turín, y en su viaje de vuelta, hicieron paradas en santuarios marianos como Lourdes y Covadonga. Sin embargo, el punto culminante de la experiencia fue en Tor Vergata, donde se reunieron con el Papa y millones de jóvenes de todo el mundo.
Cansancio y alegría: Un encuentro que transforma
Para muchos, el encuentro en Tor Vergata fue un momento de revelación. Javier Mallo, estudiante del colegio Carmelitas Vedrunas, describió el ambiente como algo "nunca vivido". A pesar del calor y el cansancio, la actitud de los jóvenes lo conmovió profundamente. "Éramos miles de jóvenes, con calor, cansancio, condiciones difíciles… y, aun así, teníamos siempre una sonrisa en la cara. Nadie se quejaba. Todo era gratitud, alegría, unidad", relató. Este ambiente propició que Javier se reencontrara con su fe, profundizando en la oración y el sacramento de la Reconciliación, y regresando con una paz que, asegura, no había sentido en mucho tiempo. "Hoy, simplemente, sé que creo en Dios, y eso me basta", afirmó.
Por su parte, Corina Alejandra de Jesús, del colegio San José de Cluny, sintió la cercanía del Santo Padre a pesar de la distancia física. "Aunque el papa estuviera lejos, nosotros lo sentíamos cerca igual", expresó. Para ella, uno de los mayores descubrimientos fue verse rodeada de tantos jóvenes que comparten su fe, tanto en Tor Vergata como en el Encuentro de Españoles. "Estoy super agradecida porque me siento abrazada por la Iglesia. Literalmente, es una de las mejores experiencias que he podido tener", confesó emocionada.
"No estaba solo": El poder de la comunidad
El sentido de comunidad y pertenencia fue un sentimiento recurrente entre los peregrinos. Iago Costas, de la parroquia de la Inmaculada Concepción, regresó con la certeza de que no está solo en su camino de fe. "Éramos muchísimos los jóvenes del mundo que caminamos en la senda del Señor. Conocí chicos de Polonia, Italia, Francia, Portugal… incluso vi a gente de países más alejados de la órbita católica, como Turquía o Corea", explicó. Iago resumió su experiencia con una poderosa frase: "Volví con más peso en la mochila y menos en el alma, satisfecho por ver que no estaba solo y realizado por reencontrarse con Dios en la Eucaristía y en la adoración".
El delegado de Pastoral Juvenil y Universitaria de la diócesis de Tui-Vigo, Samuel Montes, valoró la experiencia como un "tiempo de gracia" y resaltó la alegría y buena disposición de todos los participantes. "Eucaristía, oración, perdón, adoración, fraternidad, alegría, acogida generosa, cultura, diversión, etc., son sin duda algunas de las notas con las que se podría sintetizar tanto bien recibido", sintetizó.
Con el viaje concluido, el deseo de Montes es que los jóvenes puedan transmitir lo vivido y "contagien a los que encuentren con el entusiasmo y el testimonio de su fe", tal como les invitó el Papa León XIV en su homilía de despedida. Este Jubileo ha dejado una huella profunda en los jóvenes de Tui-Vigo, reforzando su fe y demostrándoles el poder de la comunidad.
