lunes. 03.11.2025

Caveiral brilla en el Condado: La 66ª Festa do Viño celebra la excelencia y la investidura de nuevos cofrades

La 66ª Festa do Viño do Condado do Tea galardonó a Don Pedro de Soutomaior como vino delicioso de 2025, mientras que Caveiral fue premiado en la categoría Rías Baixas Condado do Tea. El evento, marcado por la investidura de nuevos cofrades y un emotivo pregón de Rubén Ríos, celebró la tradición y la calidad de los vinos de la región en un ambiente de confraternización.
El pregonero Rubén Ríos, en un momento de su investidura como nuevo cofrade de la Confraría do Viño do Condado do Tea e Espumosos.
El pregonero Rubén Ríos, en un momento de su investidura como nuevo cofrade de la Confraría do Viño do Condado do Tea e Espumosos.

Salvaterra de Miño se vistió de gala este fin de semana para celebrar su tradición vinícola en la 66ª edición de la Festa do Viño do Condado do Tea. Un evento que, a pesar de la amenaza de la lluvia, reunió a cofrades, bodegueros y amantes del buen vino para rendir homenaje a la herencia vitivinícola de la región y a la calidad de sus caldos.


 

Los Deliciosos de 2025: Un Sello de Excelencia

La cata de este año, realizada por un panel de la DO Rías Baixas, distinguió a los vinos más sobresalientes con la etiqueta de "Deliciosos de 2025". El máximo galardón fue para el Don Pedro de Soutomaior de Viñas e Adegas Galegas, un reconocimiento a su excelencia que lo consagra como uno de los referentes de la zona.

Junto a él, otros caldos de gran prestigio también fueron premiados:

  • As Laxas, de la bodega del mismo nombre.

  • Aravo, de Adegas Chan de Vide.

En la categoría específica de vinos Rías Baixas Condado do Tea, el panel de cata premió a:

  • Caveiral, de Bodega Miguel Ángel Alonso Fernández.

  • As Laxas Condado.

  • María Bargiela, de bodegas Benjamín Miguez Noval.

El único vino tinto en ser premiado fue el Señorío de Rubiós Condado, demostrando que la tradición de esta subzona DO Rías Baixas no se limita a los blancos.


 

El Alma de la Fiesta: Cofradías, Homenajes y Emoción

La jornada principal del evento fue un crisol de tradición y emociones. Las confradías vinícolas de Galicia, España y Portugal se congregaron en la Casa del Concello de Salvaterra para participar en el desfile, un espectáculo de color y camaradería precedido por la banda de gaitas Pontenova.

Uno de los momentos más destacados fue la investidura de nuevos cofrades. Entre los nuevos miembros de la Confraría do Viño do Condado do Tea se encuentran figuras de gran relevancia, como Carlos Moro, propietario de las prestigiosas bodegas Matarromera, y Rosario Domínguez Iglesias, experta en gestión de subvenciones agrícolas. También se reconoció el incansable trabajo de Juan Carlos Lameiro Rodríguez y Luisa Lorenzo Pérez, colaboradores esenciales en el montaje de la fiesta, y a la viticultora María Ester Ojea Rodríguez, cuyo trabajo honra la tradición local.

La ceremonia también rindió un emotivo homenaje póstumo a José Ojea Rodríguez y Perfecto González Fernández, fundadores de la primera fiesta, cuyo legado fue reconocido como pilar fundamental de la celebración.

En la Casa del Concello también tuvo lugar el tradicional intercambio de obsequios entre las cofradías, un acto de hermandad y respeto en el que la alcaldesa de Salvaterra, Marta Valcárcel, fue la encargada de recibir a cada uno de los representantes. Un momento importante para una fiesta que celebra no solo el vino, sino también la historia, el trabajo duro y la unión de una comunidad en torno a una pasión compartida.

 

El actor y productor Rubén Ríós fue nombrado Cofrade de Honor por su inspirador papel como pregonero. Su discurso fue sin duda el punto culminante del evento, al desviar la atención hacia un tema de profunda importancia: la devastación de los incendios forestales. Ríos mostró ceniza de los viñedos calcinados y se la frotó en el rostro, un gesto simbólico que recordó a todos la fragilidad de la tierra y la necesidad de proteger el legado vitivinícola.

El encuentro de cofrades continuó con un almuerzo de confraternización en la Casa do Viño, un espacio perfecto para compartir experiencias y sellar lazos de amistad. Por la tarde, el recinto amurallado de Salvaterra continuaba lleno de vida, con los asistentes disfrutando de la degustación de vinos y productos gastronómicos que definen la riqueza de la comarca. El broche de oro de la jornada fue la última noche gastronómica, un evento que permitió a los asistentes saborear hasta el último momento la esencia de esta celebración.

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