El director general de Cultura, Anxo M. Lorenzo, participó hoy en la presentación de los trabajos desarrollados en las residencias artísticas de la cuarta convocatoria de las ayudas REGA, impulsadas por la Xunta de Galicia. A lo largo de la jornada, el público pudo conocer seis nuevas propuestas de artes visuales, creación escénica, música contemporánea, diseño y artes digitales, desarrolladas este otoño en la Cidade da Cultura. Estas residencias, afirmó Lorenzo, constituyen “una fórmula imprescindible para el afloramiento de propuestas de vanguardia, al ofrecer los recursos y el tiempo necesarios para concentrarse de manera exclusiva en la creación”.
El representante de la Consellería de Cultura, Lingua e Xuventude recordó que cada proyecto recibió una aportación económica de 8.000 euros y dispuso de las equipaciones técnicas y los espacios del Gaiás. En total, la inversión de la Xunta en esta convocatoria supera los 62.000 euros, y desde 2021 ya son más de 470 artistas y 110 proyectos los impulsados gracias a las residencias REGA.
Un atlas emocional entre Galicia y Reino Unido
La primera propuesta presentada fue el atlas escultórico Desde a fonte no pobo ata un piso no terceiro nivel, de la artista Mar Ramón Soriano, valenciana afincada en Baltar (Ourense). Su instalación combina documentos históricos, cerámica, paños pintados y fotografías para explorar los vínculos simbólicos y las influencias culturales entre Galicia y el Reino Unido a comienzos del siglo XX.
La creadora rescata referencias como las fotografías de Ruth Matilda Anderson, la literatura de viajes de pioneras como Annette Meakin, las manos-espiga de Maruja Mallo o los característicos tonos azul cobalto de la cerámica de Sargadelos, elementos que resignifica para construir un relato emocional transnacional.
En el ámbito del diseño, la artesana Loaira Pérez presentó Azulexería, un proyecto que profundiza en los puentes entre las bellas artes y el arte popular. Inspirada en las conchas de vieira que decoran tradicionalmente las fachadas de Arousa, creó una pieza en porcelana translúcida que reproduce la disposición de estos elementos sobre una estructura móvil, generando sugerentes juegos lumínicos.
Experimentación sonora y creación digital
La música contemporánea y el arte sonoro estuvieron representados por el proyecto Cidade Sonora, del músico y antropólogo asturiano Andrés Rodrigues junto al fotógrafo y realizador ourensano Iván Nespereira. Su propuesta consiste en un archivo minucioso de las luces y sonidos que habitan la arquitectura de la Cidade da Cultura. Mediante una “estratificación” visual y auditiva que recorre el complejo desde los sótanos hasta las cubiertas, los artistas revelan vibraciones y paisajes sonoros habitualmente imperceptibles para el visitante.
Durante la tarde, el ingeniero de sonido coruñés Alberto Castaño presentará Cerebral 4.0, uno de los proyectos más disruptivos de esta edición. Seleccionado en la nueva modalidad de artes digitales, demuestra cómo es posible traducir impulsos eléctricos del cerebro en órdenes conscientes para controlar instrumentos musicales virtuales. La propuesta combina neurociencia, programación y creación musical, y cuenta con la colaboración del artista Óscar Domínguez en el apartado visual.
Laboratorio escénico e identidad teatral
En el ámbito de las artes escénicas, Marta Alonso y su equipo desarrollaron Aburrimento, un laboratorio escenográfico para el juego y el aprendizaje que invita al público, tanto infantil como adulto, a intervenir sobre elementos como poleas, cuerdas, tejidos y luces para resignificarlos. La experiencia busca abrir nuevas vías para crear escenografías interactivas aplicables tanto al escenario como al contexto pedagógico.
La jornada concluirá con el estreno de Dream On, la ópera prima teatral del compostelano Antúan Rivas. La pieza fusiona lenguaje escénico y audiovisual para confrontar al protagonista con la veracidad de su propia historia y la de sus ascendientes femeninas: su madre y su abuela. Concebida como una distopía contemporánea, la obra plantea una crítica a la tendencia a refugiarse en la nostalgia de tiempos no vividos, y reivindica el potencial transformador de los sueños como herramienta para construir el futuro.
