Miguel Santalices, presidente del Parlamento de Galicia, aceptó la invitación para conocer y evaluar uno de los restaurantes que empieza a consolidarse como referencia gastronómica en Ponte de Lima. PIMM’S, que pronto celebrará su tercer aniversario, es el proyecto personal del empresario Casimiro Quintas, quien adquirió la propiedad, rehabilitó con esmero la zona antigua y añadió una ampliación de nueva planta, logrando un equilibrio armonioso entre tradición y modernidad.
El resultado es un restaurante contemporáneo que conserva el carácter de una casa portuguesa de antaño, donde la chimenea se erige como el verdadero corazón del establecimiento, aportando calidez y personalidad al conjunto.
Santalices no conocía previamente PIMM’S y su primera impresión fue, según sus propias palabras, “una sorpresa muy agradable”. Nada más cruzar la puerta, percibió “un ambiente acogedor y cálido, decorado con exquisitez, que genera un espacio muy propicio tanto para una comida familiar como para una reunión entre amigos”. El presidente del Parlamento gallego subraya, además, la sensación de tranquilidad que se respira en el local, “acentuada por la calidez que aporta la chimenea”.
Uno de los aspectos que más llamó su atención durante el almuerzo fue el servicio. Los camareros, destaca, están bien formados y sobresalen “por su amabilidad y por su forma de comunicarse con el cliente, algo que realmente me sorprendió”. Una atención profesional y cercana que, a su juicio, marca la diferencia.
En el apartado gastronómico, Santalices pone en valor una “carta amplia y bien planteada”. Entre los platos degustados, destaca especialmente una carne elaborada en horno de carbón, que califica sin reservas de “extraordinaria”. Para el invitado, la cocina de PIMM’S se mueve en un equilibrio acertado entre lo tradicional y lo moderno, “con un mayor peso en la tradición”. Y concluye con una recomendación clara: “Aquí se come bien, muy bien. Y si uno quiere quedar bien, recomendar el PIMM’S”.
Respecto al trato en sala, el presidente del Parlamento observa un detalle que considera fundamental en hostelería: “Los camareros nunca interrumpen una conversación”. Valora también la pulcritud en la vestimenta, la prudencia en las intervenciones y la capacidad del equipo para estar atento a todo “sin presionar al cliente”.
En cuanto a la proyección gastronómica y turística de Ponte de Lima, Santalices intuye que PIMM’S va a jugar un papel “muy importante”. Su cercanía a Galicia, apunta, “va a generar una demanda creciente a medida que se vaya conociendo”. Destaca asimismo la buena accesibilidad del restaurante, la facilidad para aparcar dentro de la propiedad, la amplitud del jardín y la belleza del conjunto arquitectónico, que define como “precioso”.
Para el público gallego, PIMM’S resulta especialmente atractivo por su entorno y por su cocina tradicional. “Los gallegos somos muy dados a venir a Portugal cuando queremos comer bien. PIMM’S es un lugar donde se come bien, con un servicio exquisito y en un entorno agradable”, afirma.
Durante la conversación, Santalices también pone el acento en la importancia del producto local y la identidad del territorio. Apostar por productos de proximidad, señala, “evita el abuso de productos procesados y supone una apuesta cardiovascular saludable”.
No faltó, finalmente, una reflexión desde su experiencia institucional sobre la gestión de equipos, comparando la dirección de una institución pública con la de un restaurante. “Siempre tiene que haber coordinación, pero la clave está en ser el líder de un proyecto: coordinar y ser una referencia para el equipo”, afirma.
La entrevista concluye con una recomendación clara para quienes visiten PIMM’S por primera vez: “No perderse el entorno de la chimenea, dar un paseo por el jardín y, por supuesto, disfrutar de la comida”, remata Miguel Santalices.
