El alcalde de O Porriño, Alejandro Lorenzo Alonso (Chenlo, O Porriño, 49 años), confiesa sin ambages su futuro: “No me veo como cargo público toda la vida, aunque sí me gustaría ser recordado como una persona trabajadora”. En diciembre, Lorenzo cumplirá cuatro años al frente del consistorio.
Lorenzo hizo estas declaraciones a este diario en el transcurso de los actos conmemorativos que se están celebrando en la localidad con motivo de las Fiestas del Cristo de la Agonía, eventos que se desarrollarán hasta el próximo 5 de octubre.
Aunque admite que “nunca se imaginaba ser alcalde”, su inicio en la vida política está claramente marcada por la trayectoria de su padre, José Ramón Lorenzo Rodríguez, quien fue alcalde pedáneo de la entidad menor de Chenlo, la parroquia más lejana dentro del municipio y una de las nueve entidades menores locales existentes en Galicia.
El grave estado de salud de su padre, quien falleció a los 50 años, hizo que los vecinos que necesitaban pedir ayuda o asesoramiento acudieran directamente a su casa. Esta situación llevó a Alejandro Lorenzo a asumir las funciones de su progenitor durante su convalecencia.
Esta circunstancia y el contacto personal con los vecinos fue lo que lo llevó a mantener una continuidad en la relación con la vecindad. A raíz de la muerte de su padre en 2005, se presentó y fue elegido en las elecciones de 2007 como alcalde pedáneo de Chenlo por el PP, cargo que ostentó durante doce años.
En las elecciones de 2023, Alejandro Lorenzo obtuvo la mayoría absoluta para la alcaldía de O Porriño al conseguir 16 de 21 concejales, un hito que lo convirtió en el alcalde más votado de Galicia en un ayuntamiento de más de mil habitantes.
No obstante, este regidor, unido sentimentalmente a la reportera Cristina Martín, y que reconoce un profundo amor por la figura y el ejercicio político de su padre, no se siente aferrado al cargo que representa, pues afirma que le “gusta mucho cambiar y experimentar, innovar y emprender”.
“No espero nada de la política”, sostiene el edil, “quiero ser feliz y tener salud y poder dedicar tiempo a la familia que, ahora mismo no lo estoy dedicando”, por lo que en la actualidad, reconoce que solo piensa en el día a día y en lo que desea hacer por O Porriño.
Cuando se le pregunta qué desea hacer después de ser alcalde, asegura que “no le desagradaría” trabajar en la hostelería. “Me encanta la hostelería y mis sueños y mis aficiones son para cumplir, por lo que me veo en cualquier puesto de trabajo después de ser alcalde”.
Prueba evidente de esta vocación de servicio público se observa, por ejemplo, en los desayunos con la prensa que convoca en el Consistorio, donde siempre se le ve sirviendo él mismo el café a los periodistas asistentes.
Por José María Navlet. (Texto, foto y vídeo)
