lunes. 03.11.2025

Un río (el Ganges), un camino (el de Santiago)

Comparo concurrentes a uno y otro. Cuatrocientos cincuenta millones (ha leído bien, 450 millones) de hindúes que se chapuzaron en el Ganges entre enero y febrero de este año en la peregrinación ritual Kumbh Mela. 
Baños rituales en el Ganges.
Baños rituales en el Ganges.

Comparo concurrentes a uno y otro. Cuatrocientos cincuenta millones (ha leído bien, 450 millones) de hindúes que se chapuzaron en el Ganges entre enero y febrero de este año en la peregrinación ritual Kumbh Mela. Una colorista exposición en el Museo das Peregrinacións muestra el reportaje que el monfortino Manuel Valcárcel realizó in situ este año.

El Kumbh Mela es el mayor encuentro religioso del mundo, superior al viaje a la Meca. es también una reunión para lograr el perdón de los pecados propios y los de los ascendientes en 88 generaciones mediante baño sagrado y romper con el ciclo penoso de las reencarnaciones y alcanzar la liberación del espíritu.

El Kumbh Mela de este año fue especial. Sucede cada 12 años, cuando este ciclo coincide con la órbita completa del planeta Júpiter (cada ciento cuarenta y cuatro años) y se torna excepcional y se denomina Maha, es decir, “grande”.  El próximo no se producirá hasta 2.129, dentro de 144 años; el último tuvo lugar en 1.881. No nos tocará echarnos al río

A Santiago de Compostela llegó el año pasado medio millón de caminantes y nos envanece tener un enterrado ilustre cuya tumba atrae a quinientos mil visitantes anuales. Pero visito la expo de Manuel Valcárcel y comparo nuestro camino de Santiago con la peregrinación Kumbh Mela y me bajan los humos.

Zambullarse en el Ganges entre tantísimas personas, arggg, le provoca repelús a un bien enjabonado y desodorado europeo. Pero los peregrinos al Ganges persiguen bienes más altos. Su lavatorio es lustral (como mi bautizo cristiano) purga pecados y faltas, propias y de sus antepasados hasta 88 generaciones arriba, y todavía más: rompe con la penosa reencarnación y conlleva la trascendencia.

A nuestros contemporáneos tecnólatras les parecerá extravagante y poco higiénico. Yo respeto su religión natural no bíblica. Y me afirmo en que la necesidad de perdón y la aspiración a la trascendencia es universal en el espacio y en el tiempo, anterior a las religiones paganas, politeístas, y a mi fe cristiana revelada.

Un río (el Ganges), un camino (el de Santiago)
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