viernes. 26.04.2024

¿Qué está haciendo Europa para oponerse a Tesla y a los eléctricos?

En este artículo analizamos el impacto de Tesla, sus repercusiones en el mercado automovilístico y lo que puede hacer Europa para evitar la destrucción de una industria que emplea a más de 14 millones de personas.

Las subidas de precios se dejan sentir en todos los bienes de consumo, pero no parecen afectar a Tesla, que el mes pasado aplicó un recorte de precios de hasta 12.550 euros. 

En este artículo analizamos el impacto de Tesla, sus repercusiones en el mercado automovilístico y lo que puede hacer Europa para evitar la destrucción de una industria que emplea a más de 14 millones de personas.

El agresivo paso de Tesla

Como parte de la estrategia de Tesla, se han producido recortes de precios en todos los coches con la vista puesta también en las diferentes normativas europeas de incentivos.

En España, por ejemplo, hay más modelos que pueden acogerse al Plan MOVES III, que concede un incentivo de hasta 7.000 euros para todos los coches eléctricos con un precio inferior a 45.000 euros + IVA. Entre ellos se encuentran no solo el Model 3, que ha visto reducido su precio en 5.500 euros, sino también el Model Y, que en su versión Gran autonomía ha visto reducido su precio en 12.550 euros, casi un 20% de su valor.

Pero, ¿cómo Tesla ha conseguido estos descuentos? 

El fabricante estadounidense tiene unos márgenes muy elevados en comparación con los fabricantes tradicionales. De hecho, el margen era aproximadamente de un 15% antes de las rebajas y con los nuevos recortes de precios este rondará alrededor de un 5%, lo que sigue siendo superior a lo que muchos fabricantes europeos tienen mucha dificultad de conseguir.

Además de los márgenes por encima del coche, Tesla ha creado toda la infraestructura con supercargadores y servicios adicionales, como el piloto automático, lo que ha incrementado su precio en torno a un 20% en 2022.

El impacto en el mercado automovilístico europeo

El impacto en el mercado ha sido brutal. Según los datos de los primeros meses de 2023, el modelo más vendido en Europa es el Tesla Model Y, seguido del Model 3. Tras los dos coches de la marca americana se sitúan los pequeños Peugeot 208 y Renault Clio. Este resultado parecía impensable hace 10 años. 

Según el experto Gonzalo Gil Espinós, hay tres factores que han provocado esta revolución en el mercado automovilístico europeo:

  • Precio: Con los nuevos precios y los incentivos nacionales a los eléctricos en los comprar un Tesla se ha vuelto mucho más accesible que comprar o hacer un renting de berlina. Si comparamos los precios de un Tesla con incentivo y un Serie 3, el BMW cuesta entre 10 y 15 mil euros más y hace el 0 a 100 en menos de 7 segundos.

 

  • Valor: La depreciación de los coches eléctricos es menor que la de un coche térmico y esto se traduce en un precio de venta más alto, o en cuotas más bajas en el caso de leasing.

 

  • Legislación: Hasta hace unos días, se daba por hecho que entraría en vigor una legislación que prohibiría la venta de coches convencionales a partir de 2035, lo que hubiera traído como consecuencia una posible mayor depreciación de los coches convencionales con el paso del tiempo.

 

El problema, reitera el experto, es que Europa no puede seguir el ritmo de las tecnologías para los coches eléctricos que tienen Estados Unidos y China, quien actualmente es el país que produce más del 80% de las baterías a nivel mundial. 

Teniendo esto en cuenta podemos ver como la alimentación de los nuevos vehículos será una incógnita a futuro debido al gran poder que China tiene sobre el mercado de producción de las baterías.

Qué hace Europa y por qué se arriesga a perder un sector clave

Si se hubiera aprobado la legislación de 2035, habríamos asistido en los próximos años hubiéramos estado obligados a dar un paso más grande hacia los eléctricos, es decir, a los coches estadounidenses y chinos, puesto que las pocas alternativas eléctricas europeas no parecen viables para quienes buscan un vehículo de cuatro ruedas.

La acción decisiva de Alemania frenó la legislación debido a que el plan no parecía ser tecnológicamente neutro. De hecho, la legislación corría el riesgo de favorecer demasiado las tecnologías basadas en la electricidad y desalentar toda investigación sobre nuevos combustibles sostenibles, en los que Europa es líder.

Además de Alemania y España, hay varios países en los que el cese de la producción de vehículos térmicos podría suponer la pérdida de miles de puestos de trabajo. Entre ellos se encuentran Italia, Polonia y Hungría, donde se calcula que más de 100.000 personas perderían su empleo.

En cualquier caso, los fabricantes europeos tienen que darse prisa en encontrar una alternativa a los coches eléctricos, porque incluso sin la legislación de 2035, es probable que en los próximos años la mayoría de los coches que circulen sean eléctricos, debido a su menor precio, puesto que serán realmente más baratos, dados a los incentivos, el mayor precio del combustible y los menores costes de mantenimiento.

Fuente: vamos.es

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