Silvia Rodríguez Coladas es una persona feliz viviendo en el rural tras 25 años en la capital de España. Abogada de formación, vivió en Madrid hasta que decidió darle un vuelco a su vida y tomar las riendas de la propiedad que habían comprado sus padres, un pazo en Meis, La Saleta, en 1996, que perteneció a Robert Gimson y su mujer Margaret, dos ingleses que, tras leer una novela ambientada en Galicia, decidieron comprar una gran propiedad que luego la viuda vendió en partes (6 hectáreas). La Saleta son 2 hectáreas de terreno con más de 800 especies de árboles, arbustos y plantas, de las cuales la mitad las plantaron en los últimos 30 años los actuales dueños. Silvia decidió dedicarse al jardín a la vez que mantiene su actividad de escritura. Tras su primera novela, Bosquesanto, un thriller ambientado en un pequeño pueblo gallego ficticio, en el que el medio ambiente está muy presente ya que ella es una defensora acérrima de la verdadera ecología, ahora nos sorprende con su segundo libro, En la Penumbra de un jardín extraño, donde nos cuenta su experiencia en el jardín y con las visitas guiadas que atiende, y en las que observó que algunos de sus visitantes "tienen una desconexión total con la Naturaleza". Rodríguez Coladas hace un apostolado de los beneficios que le ha producido ese contacto con la Naturaleza, "tras un cuarto de siglo en la gran ciudad de Madrid".
La escritora cogió y estudió el inventario del jardín y fue reconociendo cada una de sus plantas para poder enseñar y cuidar este maravilloso entorno de La Saleta. Su formación es, por tanto, autodidacta. Pero sorprenden las notas a pie de página sobre las especies y variedades, al igual que en su novela Bosquesanto, donde el envenenamiento con sustancias vegetales está presente e indica un conocimiento de esta vertiente de la botánica. Y concluye: "Cada planta tiene cosas increíbles".
Silvia reivindica la importancia de no fijarse solo en la flor. Cuando esta no es protagonista, por ejemplo en verano, ella centra más su discurso en las curiosidades de las plantas y cree que es una explicación más provechosa de este jardín inglés donde no se podan los árboles, que se encuentran en su forma natural.
El cambio positivo que ha experimentado Silvia desde que se trasladó a Meis, a La Saleta, lo expresa de muchas formas. A ella le basta un paseo por el jardín, a modo de terapia, para sacarse enfados y problemas de encima. "A veces he ido enfadada y regreso tranquila, sosegada y con ganas de hacer las paces o mis paces internas y dejar correr... Y eso me beneficia, no perder un día, dos o tres enfadada. Y vengo del jardín nueva".
Le gusta trabajar en la tierra, pues encuentra múltiples beneficios de los que señala las bacterias que se incorporan a la flora intestinal y que producen un beneficio corporal.
Silvia va a contracorriente y es capaz de escribir un capítulo a favor de la lluvia, desenmascarando a la gente que se queja porque llueve, y más en Galicia. "Odiar la lluvia es una cosa que no entiendo. Un día lluvioso no me quita alegría...", afirma la escritora.
El estilo de En la Penumbra de un jardín extraño es más sencillo en su sintaxis y vocabulario que Bosquesanto, donde la escritora emplea un lenguaje más barroco y, a veces, se hace necesario recurrir al diccionario. Ella explica que es distinto género y que en una reciente reseña del nuevo libro le han destacado "que es bastante poético". Desde luego, se conoce muy bien a la escritora tras su lectura, como ya aparecía detrás de ciertos personajes de Bosquesanto.
"Los dos libros tienen en común que son pro naturaleza, ecologismo del de verdad".
La escritora es muy puntillosa, tal como se aprecia en las citas. "Me gusta proteger la propiedad intelectual", dice. Ella va tomando notas a lo largo del tiempo que luego reutiliza para sus libros. En los últimos tres años confiesa haber leído mucha novela, pero también ensayo sobre Naturaleza.
Silvia nos adelanta que en la parte final del libro el lector va a encontrar una parte con más humor. "El humor es fundamental en esta vida. Si nos tomáramos la vida con más sentido del humor, no habría…". A través de anécdotas de visitantes al jardín va encadenando "prototipos de visitantes" a los que les da un nombre (Visitantus amibilis, Visitantus recalcitrantus…).
LA SALETA
El visitante se encuentra en el jardín de La Saleta, una colección botánica de 800 especies distintas y 230 variedades de camelias, que es la más importante de Galicia dentro de los jardines privados visitables. El primero es el jardín del pazo de Lourizán, en Pontevedra. La Saleta fue 'Jardín de Excelencia Internacional' y ya no tienen este título porque exigía abrir todo el año a las visitas. Normalmente abren el jardín a visitas de grupos en febrero y marzo, con ciertas variaciones. Silvia y su madre atienden los grupos y, además de las plantas, cuentan la parte histórica de la casa y la capilla. "Son dos horas de paseo por la naturaleza donde yo pretendo que disfruten".
Entre los árboles, Silvia destaca el Arbutus × andrachnoides, un madroño híbrido que solo se puede ver en La Saleta, único en toda Galicia. Precisamente sale en la portada del libro, En la Penumbra de un jardín extraño. "Con lluvia es espectacular, su tronco se pone brillante y rojo". Y añade que hay una Magnolia macrophylla que ahora está empezando a brotar, con hojas gigantescas cuyo mejor momento para verla es en verano. Tiene una flor espectacular de color blanco, un centro amarillo con unas laminillas moradas, eso sí, sin perfume.
En plantas más pequeñas, Silvia enumera las telopeas, de la familia de las proteas, con flores de larga duración y muy valoradas en las floristerías.
Entre los visitantes del jardín, Silvia destaca a Espido Freire, de la que Silvia incluyó una cita en su nuevo libro. También pasó por aquí Marta Rivera de la Cruz. Durante 20 años, dice, solo recibían extranjeros a visitar el jardín porque no venían más que de fuera, gente que venía a hacer una ruta de los jardines gallegos. Este año han visitado el jardín, al cincuenta por ciento, extranjeros y españoles (gallegos).
El sábado 17 de mayo, Silvia presentará En la Penumbra de un jardín extraño a las 12:00 horas en La Saleta. Para ello, hay que contactar con La Saleta para apuntarse, ya que el aforo del lugar no es muy grande.
Por otra parte, Silvia va a retomar su novela de vampiros que paró para centrarse en En la Penumbra de un jardín extraño. Y tiene por delante presentaciones en Madrid, Pontevedra y en Coruña, en la casa de Wenceslao Fernández Flórez.

