viernes. 26.04.2024

Isabel García-Vázquez, autora de El día que me quieras: “Hay que quitarle romanticismo al acogimiento familiar”

Es una luchadora. Mujer, madre, periodista y dándolo todo por el acogimiento en familia ajena. Isabel García-Vázquez nos acerca a una realidad nada romántica en su libro ‘El día que me quieras. Acogimiento en familia ajena’. Pasó por Vigo, en Vitruvia Café, para presentar este conjunto de reflexiones junto a los músicos Gema Arias y Vicent Tohier, preocupados también por la infancia. Isabel es muy clara en su exposición y a la vez constructiva. Tiene claro los defectos del Sistema de Acogimiento familiar gallego y quiere que imperen los criterios de la Convención de Derechos del Niño en todo el proceso que lleva a cabo la Administración.
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Es una luchadora. Mujer, madre, periodista y dándolo todo por el acogimiento en familia ajena. Isabel García-Vázquez nos acerca a una realidad nada romántica en su libro ‘El día que me quieras. Acogimiento en familia ajena’. Pasó por Vigo, en Vitruvia Café, para presentar este conjunto de reflexiones junto a los músicos Gema Arias y Vicent Tohier, preocupados también por la infancia. Isabel es muy clara en su exposición y a la vez constructiva. Tiene claro los defectos del Sistema de Acogimiento familiar gallego y quiere que imperen los criterios de la Convención de Derechos del Niño en todo el proceso que lleva a cabo la Administración.

Hace 20 o 21 años, su marido y ella, cuando tenían a sus hijos pequeñitos,  reflexionaron: ¿Cómo te puede marcar en la vida dónde vivas o dónde nazcas? “Parecía una cuestión de justicia social. Nos informamos en dónde había un programa que, de una manera temporal, ya teníamos nuestros hijos, pudiésemos aumentar la familia adoptando temporalmente”.

Se encontraron el programa de acogimiento en familia ajena de la Cruz Roja y se ofrecieron... “Desde entonces ya han pasado por nuestro hogar 15 niños de entre 8 meses y 17 años. Ahora tenemos la experiencia de haber vivido situaciones muy diferentes. Incluso nos apuntamos, en ese momento, para acceder a cupos de hermanos. En el sistema de acogimiento, si un niño tiene 6 o 7 años y es mayor acompañado, no solo, tiene menos posibilidades de acogimiento familiar ajeno…”.

Isabel sabe que si entras en todas esas vidas de niños y rascas un poco, hay detrás una infancia en la que hubo adversidad, maltrato infantil…con lo cual las consecuencias son graves.

“A las familias de acogida nos ayuda a tomar mucha conciencia social de lo que tenemos que resolver entre todos –lo indica la Convención de Derechos del Niño-  que la defensa de los derechos de la infancia es una cuestión jurídica, política y social. Cuando decimos social es que es cosa de todos los padres”.

Isabel conoce bien cómo se manifiesta el maltrato infantil. Puede ser de muchas maneras: escenas en las que le dan al menor una paliza; abuso sexual…Pero también “hay otras formas de maltrato que hacen el mismo daño, como que tu madre no te haya deseado, a un niño no deseado va a acompañarle este sentimiento toda la vida. Cuando te haces mayor y empiezas a entender que estás aquí y se refieren a ti como si fueses un problema…¡eso hay que encajarlo!”. Otras veces puede haber un problema de drogadicciones que tienen unos padres y hacen que el niño no crezca en un ambiente seguro. Maltrato es también que unos padres provoquen una situación de pobreza heredada donde no han tenido compañía para desarrollar competencias parentales o marentales. “Cualquier forma de maltrato hace daño. Esto, luego, hay que sanarlo. La herida que se abre puede tener consecuencias para toda la vida. Si no acompañas al menor, esas heridas hacen que un niño o una niña crezca con algo que puede aflorar en cualquier momento”, expone Isabel García.

Y no son “niños cualquiera” los que están en un programa de acogimiento familiar. Son niños acogidos que hay que cuidar.

Isabel no se anda con remilgos a la hora de analizar el trabajo de un sistema como el de Protección de Menores y denuncia también sus grietas. Para esta periodista-madre, debe de cumplir nuestro sistema la Convención de la Infancia, porque los derechos del niño son una “obligación político-jurídica y social”. Y señala que como los niños no votan, algunos políticos piensan que da igual lo que hagan…en este terreno. Excepto algún político que pueda ser padre de adopción, entonces conoce de primera mano…u otras veces, si ha tenido una realidad cercana de este tipo…puede comprender la dimensión grande que tiene la vida de infancia.

Siguiendo con las grietas del Sistema, García-Vázquez entiende que los recursos que se necesitan en Protección de Menores son muchísimos y no solo se trata de dinero…La necesidad de profesionales bien formados es otro recurso que no se improvisa.

También comprende la autora de El día que me quieras que los técnicos, a veces, están sobrecargados de trabajo y tienen más menores a su cuenta de lo que sería deseable y no llegan bien a todos.

“Creo que los políticos se van a tener que dar cuenta de que la sociedad que tenemos refleja la influencia… y van a tener que empezar a invertir, de verdad, en la infancia. Los problemas sociales que tenemos sobre la mesa, en la actualidad, provienen de no haber cuidado bien a nuestros niños y niñas. De repente se convierten en adultos y se lían a golpes a las primeras de cambio”.

Y añade: “No se puede pensar que la infancia es una etapa que no va a tener consecuencias después. Es un proceso vital que si no cuidamos bien desde el principio…genera problemas”.

García-Vázquez señala  también el problema de los niños como “arma arrojadiza” de las separaciones, un problema muy actual. “Quedan con secuelas al convertirse en adultos”.

Se pregunta la autora de El día que me quieras, cómo sale un niño de un problema de pobreza heredada. “Cada niño necesitaría a una familia con un ambiente de hogar sano donde se pudiera arreglar todo eso. Esa familia tendría que estar aconsejada, a su vez, por técnicos que pueden acompañar a la familia para resolver cuestiones del día a día”. Isabel sabe bien que hoy por hoy esto es un sueño y que a nivel político todavía no se plantea.

Su nuevo libro, El día que me quieras, forma parte de un trabajo de investigación periodística, en clave constructiva, porque los periodistas también forman parte de ese círculo de protección a la infancia. El libro es una manera de denuncia desde la experiencia personal que pasan en el día a día del Sistema de Protección de Menores y que no se pueden obviar.

“Hay muchas cuestiones encerradas en este libro que toman la dimensión de defectos grandes que tiene el sistema a la hora de poder cuidar y sanar a estos niños. Los momentos en los que llegan; la falta de coordinación de todos los recursos existentes; las expectativas que se les crean al pasar por el sistema de protección; cuando llega el momento de irse o no; si el niño o niña estuviese en el centro y no las peticiones de unos padres que, en algún momento, puedan sentirse molestos.

“Es un libro muy rápido de leer. Son pocos momentos comparados con los muchísimos que podría poner. Yo invito a la gente a reflexionar a través de su lectura…”.

La autora de El día que me quieras nos pone los pies en la realidad. “Hay que quitarle romanticismo al acogimiento. Las campañas publicitarias de Administración desprenden romanticismo cuando acuñan frases, como ‘Derecho a crecer en familia’. No. Esto es una cuestión de justicia social; de personas que tengan una vocación para ponerse al lado de personas que están sufriendo. No todos valen para esto, pero no es obligatorio. Lo que sí es obligatorio como sociedad es que conozcamos el problema y ayudemos a la gente que lo hace”.

Y nos pone Isabel García una tarea. “Todos formamos parte de ese círculo de buen trato a la infancia. Y voy a decir algo que a menudo no se sabe: cuando uno sabe de un maltrato a un menor, está obligado a notificarlo. No se trata de volvernos jueces de esa denuncia. Es notificar a las autoridades competentes. Llamar y decir: creo que está pasando algo porque no está bien. Y luego nosotros, apartamos. Como ciudadanos tenemos que dejar que cada uno haga su papel y que las autoridades dictaminen si hay maltrato y tomen decisiones. Notificar no cuesta nada y puede salvar vidas no solo físicas sino también emocionales”.

Isabel García-Vázquez dice que la mayor sorpresa que se encuentra en El día que me quieras es concluir de su lectura: “¡Dios mío, realmente pasa esto cuando uno hace acogimiento familiar!”

Y resume: “Hay que acercarse al programa de acogimiento familiar, sabiendo que es una situación difícil...y no es nada romántico. Esto es algo muy serio. Hay que tener mucha formación y muchas ganas para no tirar la toalla.  A veces ocurre que cuando queremos ayudar con toda la buena intención, podemos volver a añadir un nuevo sufrimiento o nuevos abandonos a niños y niñas”.

El relato de Isabel García y sus libros nos abren nuevos horizontes en los derechos de la Infancia y sobre todo su actitud de lucha. Su lema “Yo protesto” lo lleva a su máxima expresión. No es conformista y lucha para mejorar el trato a los niños desde el acogimiento familiar ajeno. ¡Enhorabuena,  Isabel, a cuántos despertarás con tu acción y concienciación!

Isabel García-Vázquez, autora de El día que me quieras: “Hay que quitarle romanticismo...
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