lunes. 09.12.2024

Se necesitan grandes líderes para transformar el mundo

La sociedad actual está cada vez más necesitada de líderes carismáticos para afrontar los grandes desafíos de la civilización actual y poder transformar el mundo, y para llevar a cabo esta ingente tarea es preciso contar con buenas personas, inteligentes y trabajadoras, comprometidas con el mundo y dispuestas a trabajar por el bien común. 

La sociedad actual está cada vez más necesitada de líderes carismáticos para afrontar los grandes desafíos de la civilización actual y poder transformar el mundo, y para llevar a cabo esta ingente tarea es preciso contar con buenas personas, inteligentes y trabajadoras, comprometidas con el mundo y dispuestas a trabajar por el bien común. Honestidad, compromiso, actitud positiva, confianza, intuición, creatividad, capacidad de comunicación, habilidad para delegar y para inspirar confianza en la gente, son algunas de las cualidades que debe tener un buen líder, que influirá en la sociedad más por su manera de ser, ejemplaridad en su forma de actuar y en su capacidad de motivar y contagiar a los demás, que por el hecho de utilizar su poder para imponer a las personas lo que tienen que hacer. En tu caminar por la vida la gente te recordará por tu calidad como persona, por la huella que dejas a tu paso, por tus obras, más que por los cargos que ocupaste o los títulos que acumulaste a lo largo de tu vida.

El auténtico líder ha nacido para serlo, y lo que confirma un liderazgo es la personalidad, debe tener un alto nivel de exigencia y perseverancia para conseguir lo que se propone, y el impulso suficiente para lograr resultados y alcanzar objetivos; además de la capacidad y habilidad de ser creativo e innovador y la valentía de arriesgar, e incluso, de perder, para acabar ganando, es la máxima de un verdadero líder. El gran líder aprende a sufrir en la dificultad, se crece en la adversidad, se supera y afronta cualquier situación e intenta resolverla; tiene un gran poder de comunicación, es muy humano y cercano, para acercarse al líder perfecto. Lo que convierte a alguien en líder es su capacidad de influir en el grupo y de motivación para ayudar a desarrollar a los demás y construir relaciones. Un gran líder se orienta hacia el objetivo, y para ello elige y se rodea de los mejores en su propio beneficio y de la sociedad y no pierde nunca de vista a aquellas personas que están a su cargo; es algo que va ligado a la condición humana, lo harás si eres una buena persona. A un líder le gusta su trabajo, sabe en todo momento lo que hace, conoce perfectamente el trabajo que hacen las personas que trabajan con él, es un gran motivador de personas; a un gran líder se le sigue por convencimiento, porque se puede confiar ciegamente en él y no nos va a defraudar.

El auténtico líder ha nacido para serlo, y lo que confirma un liderazgo es la personalidad, debe tener un alto nivel de exigencia y perseverancia para conseguir lo que se propone, y el impulso suficiente para lograr resultados y alcanzar objetivos; además de la capacidad y habilidad de ser creativo e innovador y la valentía de arriesgar, e incluso, de perder, para acabar ganando, es la máxima de un verdadero líder.

La sociedad actual, atraviesa una profunda crisis de valores, mediatizada por la cultura del tener y las apariencias, imbuida de un materialismo consumista exacerbado, cuando lo que tendría que trascender es el ser de la persona auténtica, coherente y honesta. Estamos en una era compleja en la que confluyen la pospandemia, la emergencia climática, los conflictos bélicos, la crisis económica, etc., y la humanidad tiene que enfrentar grandes desafíos, y para ello la sociedad necesita más que nunca de grandes líderes, que están por llegar. Mientras, que los gobernantes actuales se alejen de la crispación política y la mediocridad de sus discursos sectarios en los que están instalados, asuman responsabilidad y compromiso para promover el entendimiento a través del diálogo y la unidad de acción, prevaleciendo el interés general y el bien común por encima de interés personales y de partido. Es preciso mejorar la calidad de la política para mejorar la gobernanza a nivel mundial. Sobran egos y demasiados cargos, se necesitan líderes que estén dispuestos a transformar el mundo y construir una sociedad mejor para las generaciones futuras. Ésa es nuestra esperanza.

Francisco Peña.

(*): Científico, académico, escritor y humanista.

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