jueves. 28.03.2024

Hoy domingo primer día de la semana en Israel, comienza el juicio a Benjamín Netanyahu, Primer Ministro de Israel, pese a recibir el visto bueno para formar gobierno, y mantenerse en el poder desde 2009.

Las acusaciones son por fraude, cohecho y

abuso de confianza en tres casos de corrupción.

Nentayahu llevó a cabo campañas en contra de

la justicia, denunciando que se dedicó a hacer una caza de brujas contra su

persona.

El Jefe de la

Policía y el Fiscal General del Estado fueron puestos en entredicho por el jefe

del ejecutivo y, en el caso del segundo, el Fiscal llegó a denunciar amenazas

contra él y su familia.

La independencia

del poder judicial está en entredicho y la población podría dejar de confiar en

la justicia, al oír las afirmaciones de 

nada menos que el primer ministro.

Varios juristas y

catedráticos de derecho están criticando la postura del primer ministro, al que

acusan de una total irresponsabilidad política, al querer defenderse atacando

de esa manera a la Justicia. Siendo algo que va contra toda lógica,

considerando vergonzoso que el acusado trate de debilitar a las instituciones,

que tienen que velar por la justicia.

Las

acusaciones son que, primero, el primer ministro aceptó regalos tanto para él

como para su familia, por un valor de unos 260.000 euros a cambio de favores.                                                                       

Segundo,  pactó con la dirección del rotativo Yediot

Aharonot para hacerle una campaña de prestigio, perjudicando al diario Israel

Hayom, al que obligo a reducir la distribución.

Por último, el

llamado caso Bezeq, concedó favores a la compañía de telefonía israelí Bezeq a

cambio de hacer campaña a su favor en el noticiero Walla, perteneciente Shaul

Elovitch,  mismo dueño que Bezeq.

La policía tomó

pruebas y declaraciones en el entorno del primer ministro. Algunos analistas

dicen que estas son muy sólidas y que seguramente saldría condenado. Sin

embargo,  el  primer ministro es muy hábil manejando la

situación, y su principal baza es prolongar la audiencia, algo que, según los

analistas, deteriora su imagen, aunque puede lograr reducir la pena.

Pero la independencia y prestigio de la justicia israelí ya se puso de manifiesto en otros casos de primeros ministros y ministros que finalmente tuvieron que cumplir sus penas. La película del caso no hizo más que empezar. Veremos la reacción mediática y del pueblo.

Jose V. Moure Rivera [email protected]

Benjamín Netanyahu, en el banquillo