viernes. 29.03.2024

El Vía Crucis de Salvaterra conmovió a la multitud que lo siguió en la tarde de ayer sábado. Jesús paciente, dejándose hacer, fue interpretado por Yonathan Pino, que estuvo muy acertado en su papel. Transmitía muy bien ese Jesús manso y humilde de corazón. El peso de la obra recae, lógicamente, sobre él. El protagonismo de Jesús se extiende a lo largo del Vía Crucis.

Pilato (Francisco Fernández) también estuvo muy acertado transmitiendo un cierto escepticismo ante un hombre que considera justo, Jesús, pero sin embargo lo condena. El pueblo impresiona con sus acusaciones y su constante movimiento ante los soldados; sus voces y sus risas inquietan, ayudadas por la banda sonora. Y todo esto ante Pilato y Jesús, en ese diálogo que pasa a ser un monólogo, ya que el Señor ya no le contesta. El pueblo, finalmente, acorrala a Pilato, que no se hace cargo de la sangre del Justo… El lugar, entrada de la Casa do Viño o Casa do Conde,. no podía ser más apropiado. Desde la plaza, el público puede observar todo y ayudado de una buena megafonía, como fue el caso allí, es todo un espectáculo.

Los vecinos que participan lo hacen de forma altruista y han tenido 2 meses de ensayos antes de llegar a esta ocasión.

En la Oliva, tras la primera caída, Jesús se encuentra con su Santísima Madre. Es un momento también importante, con un texto interpretado con mucha seguridad por parte de la actora (María Cecilia Rodríguez), que junto al joven san Juan, que estuvo muy bien en todas sus intervenciones, encuentran a Jesús en tan lastimosa situación.

Asimismo, el papel del cirineo (Francisco Javier Rodríguez) está realizado con firmeza y su diálogo, antes de tomar la cruz, es también muy elocuente.

La Verónica, interpretada por Ana Durán, fue, igualmente, un momento grande dentro del camino de Jesús hacia la Cruz. Es una escena como en tres fases. Primero, rompe el cordón de los soldados, luego se aproxima a Jesús y le limpia la cara con el velo; finalmente, comprueba la copia del rostro de Cristo que se imprime en la tela. Se ve gran madurez en la interpretación de este personaje evangélico por parte de la actriz.

Segunda caída, a la altura de la comisaría, y más azotes de los solados. Poco más adelante, Jesús se encuentra con las santas mujeres y a ellas se dirige, mientras lloran por la pasión de Cristo.

Empieza entonces la subida al monte Calvario. En este caso es toda la pradera, bajo el recinto amurallado de Salvaterra, el lugar de la crucifixión. La localización no podía ser mejor. Jesús (Yonathan Pino) es desnudado de sus vestiduras. Mientras se escucha otra reflexión del sacerdote Ángel Carnicero, como otras que realizó en diversas estaciones del Vía Crucis.

Después, el momento más importante, Jesús cosido con clavos al madero. Hincan los soldados a martillazos los clavos cuyo metal resuena con gran verosimilitud. Jesús sigue dejándose hacer, sin oponer resistencia. Levantan la cruz. ¡Impresionante! Ya no hay mayor crueldad. Los cantos del coro, muy oportunos, y ¡qué bien sonaban en la falda de este monte ‘Calvario’! Los efectos del humo y los truenos junto a la desbandada de los soldados, en esta tarde soleada de Salvaterra, aporta otra ración de realismo y de reflexión sobre las consecuencias de nuestros pecados.

Abajo el público, entre 300 y 400 personas, contempla atónito el ajusticiamiento del Justo. Se hace el silencio.

Vuelven los personajes de la Virgen y san Juan (Alex Rodrigues), el discípulo amado, para el desenclavo que se realiza con mucha delicadeza. Entregan a la Virgen el cuerpo sin vida de su hijo y ella lo tiene en su ‘colo’. Ese diálogo imposible entre una madre y un hijo muerto. Finalmente, se llevan el cuerpo de Jesús para darle sepultura.

Jesús, ya muerto y Resucitado, vuelve al lugar de la cruz con una paloma entre sus manos. La libera y se produce el aplauso de actores y público. D. Sergio, el párroco de Salvaterra, pronuncia unas palabras de agradecimiento al cuadro de actores, público y al ayuntamiento de Salvatierra por la ayuda recibida para desarrollar este Vía Crucis viviente.  

CUADRO DE ACTORES

Jesús: Yonathan Pino

María: María Cecilia Rodríguez

Verónica: Ana Durán

Narradora: María Rodríguez

Simón de Cirene: Francisco Javier Rodríguez. 

Poncio Pilato: Francisco Fernández.

María Magdalena: Ariadna Pérez

Centurión: Jesús Patriño.

Soldados: Feliciano Pérez, Rubén Pérez, Jorge Pérez y Antonio Martínez. 

Mujeres de Jerusalén: Leo Vidal, Conchi Lago, Gloria Domínguez, Olga González, Raquel Cambra, Fernanda Cotón y Amparo Barros. 

Anás: Juanma Otero.

Roboam: José Acuña. 

Caifás: Fidel.

Nicodemus: Michel Rodrigues. Ayudante: Gonzalo Garrido. 

Salvaterra revivió la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo gracias a la...
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