Un equipo de investigadoras del grupo Neurodegeneración corneal del IDIS, liderado por la Dra. Isabel Lema, ha conseguido un avance significativo en la detección temprana del queratocono, una enfermedad progresiva que debilita la córnea y puede causar una importante pérdida de visión. La clave de este logro, según las autoras de un estudio recientemente publicado en la prestigiosa revista Investigative Ophthalmology & Visual Science, se encuentra en el análisis del líquido lagrimal.
La investigación consistió en estudiar el perfil de proteínas en las lágrimas de jóvenes sanos con padres diagnosticados con queratocono. El estudio incluyó a 80 hijos e hijas de pacientes y a un grupo de control de 42 jóvenes sin antecedentes familiares de esta ectasia corneal. Mediante modelos de regresión, las investigadoras identificaron tres paneles de biomarcadores con alta sensibilidad y especificidad para detectar alteraciones biomecánicas corneales y la historia familiar de queratocono.
Gracias a técnicas de análisis proteómico de alta precisión, se identificaron 15 proteínas alteradas relacionadas con el estrés oxidativo, la adhesión celular y la estructura de la córnea. «Estas alteraciones aparecen antes incluso de que los cambios clínicos sean detectables por los métodos actuales», explica la Dra. Isabel Lema, investigadora del IDIS y profesora del área de Oftalmología de la USC.
«Nuestros hallazgos revelan que el daño comienza, de forma silenciosa, mucho antes de que la córnea muestre signos evidentes de debilidad. Esto abre una puerta a la prevención real», señalan las autoras del estudio, quienes añaden una reveladora reflexión: «Las lágrimas no solo protegen nuestros ojos: también cuentan una historia sobre su futuro. Y hemos aprendido a escucharla».
Este descubrimiento podría transformar el diagnóstico y tratamiento del queratocono. «Detectar a tiempo a las personas con mayor riesgo permitirá intervenir antes de que se produzca un daño irreversible, y plantea un nuevo enfoque preventivo basado en biomarcadores lagrimales», destaca el estudio.
Actualmente, el diagnóstico del queratocono se realiza principalmente cuando ya existe una alteración visual notable y un daño irreversible en el tejido corneal. Sin embargo, esta investigación pionera demuestra que la enfermedad comienza a desarrollarse a nivel molecular mucho antes. Por ello, las investigadoras enfatizan la importancia de realizar controles a los hijos de pacientes afectados, incluso si no presentan síntomas.
            
            
              