La sevillana Jara Cárcel Márquez desarrolla en el Paris Brain Institute un proyecto pionero que busca identificar señales de alerta antes de que se produzca un accidente cerebrovascular.
Con 120.000 nuevos casos al año en España, el ictus se mantiene como uno de los principales desafíos sanitarios a nivel mundial. Es la primera causa de discapacidad en Europa y se estima que una de cada seis personas lo sufrirá a lo largo de su vida. Sin embargo, los expertos coinciden en que el 90% de los casos podrían prevenirse con una adecuada detección y control de los factores de riesgo.
En los últimos años, la investigación científica ha abierto nuevas vías para entender por qué algunas personas son más vulnerables a sufrir un ictus. Una de las líneas más prometedoras es la utilización del código genético y la epigenética para personalizar el diagnóstico y los tratamientos.
que busca predecir y prevenir el ictus mediante el
análisis del código genético y la epigenética.
Entre quienes lideran esta nueva frontera se encuentra la doctora Jara Cárcel Márquez, una joven investigadora sevillana que desarrolla su trabajo en el Paris Brain Institute (Francia) en colaboración con el Institut de Recerca Sant Pau (Barcelona). Su objetivo: revolucionar la detección temprana del ictus isquémico, la forma más común de accidente cerebrovascular.
Doctorada en Medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona, Jara recibió un impulso clave para su carrera gracias a la Beca Spotahome, un programa que financia el alojamiento de jóvenes investigadores españoles con proyectos de alto impacto social. “Mi estancia en París, esencial para la comprensión del ictus isquémico, me permite una dedicación absoluta a la investigación”, afirma.
Su trabajo se centra en integrar por primera vez información genética y epigenética para entender cómo los genes influyen en la activación o desactivación de ciertas partes del ADN, actuando como un “interruptor” en la expresión génica. Esta aproximación podría facilitar tratamientos más personalizados y estrategias de prevención más precisas.
La trayectoria científica de Jara incluye publicaciones en revistas internacionales de gran impacto. En uno de sus estudios, identificó dos regiones genéticas asociadas al ictus lacunar, con una correlación específica en mujeres. En otro, analizó la relación entre el ictus cardioembólico y la fibrilación auricular, validando una puntuación de riesgo poligénico que ayuda a predecir la probabilidad de sufrir un evento cerebrovascular.
Además, mediante técnicas de aleatorización mendeliana, su equipo ha descubierto que los niveles de ciertas metaloproteinasas (MMP) tienen un papel causal en el riesgo de ictus, abriendo la puerta a futuras terapias dirigidas a estas proteínas.
Los resultados de esta joven científica no solo amplían el conocimiento genético del ictus en la población española, sino que también acercan la posibilidad de predecir y prevenir con precisión estos episodios, sentando las bases de una medicina verdaderamente personalizada.
