En el Día Mundial del Farmacéutico, España enfrenta importantes desafíos que amenazan la calidad y accesibilidad de la farmacia comunitaria, un pilar fundamental para la salud pública. La escasez de medicamentos y la sostenibilidad económica, especialmente en áreas rurales, son dos de los problemas más críticos que requieren atención inmediata.
Con más de 22.000 farmacias en el país, España tiene una de las mayores densidades de estos establecimientos en Europa, lo que facilita un acceso rápido y constante a los medicamentos. En la "España vaciada", las farmacias son muchas veces el único servicio sanitario disponible para los habitantes, y además ayudan a descongestionar los centros de salud al resolver más del 80% de las consultas menores.
Sin embargo, la escasez de medicamentos ha alcanzado niveles alarmantes. A inicios de 2024, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) reportó un récord de 957 medicamentos con problemas de suministro. Fármacos como Concerta, Ozempic y Trulicity son algunos de los más afectados, lo que genera serias dificultades tanto en grandes ciudades como en pequeñas localidades.
Además de este problema de suministro, las farmacias también enfrentan desafíos económicos. Bajo un sistema de márgenes regulados, muchas farmacias dependen de la venta de productos no regulados como los de parafarmacia. La competencia con grandes cadenas y plataformas online amenaza su viabilidad, por lo que muchas boticas están explorando nuevas fuentes de ingresos, como la venta online y la remuneración por servicios farmacéuticos, un modelo ya implementado en otros países.
En resumen, el Día Mundial del Farmacéutico pone de relieve la necesidad de reformas y políticas públicas que garanticen la sostenibilidad de las farmacias en España, asegurando que continúen siendo un referente accesible y esencial en la atención primaria.