Ha sido la alegre convocatoria de la concentración a favor de la Vida de este 2024. En la noche recién caída de esta tarde del 28 de diciembre, tres docenas de santiagueses han alzado velas mientras un activista ha leído un manifiesto para la ocasión: un contenido esperanzado para un presente oscurecido por acciones y legislaciones propicias a la muerte de inocentes. El lema “Hagamos del aborto algo impensable” coreado candelas en alto suena bien en la plaza de la Inmaculada de la Catedral de Santiago, fachada Norte.
Ha subido la participación respecto del año anterior: todo lo grande ha nacido pequeño y guardamos memoria visual de las Marchas por al Vida que en décadas engordaron la cifra de manifestantes. Actos simultáneos al compostelano ha habido por cientos en otros lugares del mundo. El día de los Inocentes se convierte progresivamente en Día Mundial de Afirmación de la Vida. Una esperanzada paradoja para la jornada en que niños inocentes cimentaron ese supervalor.
