Como cada mes de agosto, la frontera entre Portugal y España se ha reafirmado a través de una práctica que combina tradición, diplomacia y cooperación. Municipios de ambos lados se han unido para renovar el reconocimiento de los límites establecidos en el Tratado de Límites del 29 de septiembre de 1864.
Este año, la ceremonia ha tenido como protagonistas a Arcos de Valdevez, en el distrito de Viana do Castelo, y a las localidades orensanas de Lobios y Entrimo, que han vuelto a firmar las actas de inspección fronteriza.
Esta firma, que se lleva a cabo anualmente por mandato de los Ministerios de Asuntos Exteriores de ambos países, es mucho más que un simple formalismo. La tradición se ha convertido en una oportunidad para la confraternización, el diálogo y el intercambio de experiencias sobre temas de interés común.
A lo largo de los años, esta colaboración transfronteriza ha dado lugar a proyectos concretos que han impulsado el desarrollo de la región. La unión entre estos municipios ha sido clave para atraer inversiones y promover iniciativas conjuntas que buscan el crecimiento sostenible de la zona.
Este acto anual no solo sirve para mantener la vigencia de los acuerdos diplomáticos, sino que también subraya la profunda conexión cultural y social que existe entre las comunidades de la frontera, demostrando que los límites geográficos son, en realidad, un punto de encuentro y cooperación.
