martes. 30.04.2024

Desde el lunes 11 de mayo Galicia vivió en la Fase 1 de la desescalada. Durante el tiempo que permaneció en esta fase, la ciudadanía disfrutó de una mayor movilidad y autonomía.

Además, fueron muchos los locales comerciales que abrieron sus puertas y los hosteleros pusieron de nuevo las terrazas a funcionar, aunque al 50% de su capacidad. Este primer paso hacia una nueva normalidad se hizo notar en las plazas de abastos, placeros y placeras constataron un cambio en los flujos de personas y de ventas, así como nuevas problemáticas relacionadas con las normas para la prevención de la Covid-19, con ellos habló el GALP Ría de Pontevedra.

SERVICIO A DOMICILIO

Pasadas dos semanas desde el inicio de la Fase 1 las plazas notan un cambio de tendencia “Hay un poco más de gente y ya no repartimos tanto a domicilio como antes“, comenta el presidente de la Asociación de la Plaza de Abastos de Sanxenxo, Egidio Barral. Desde la declaración del estado de alarma “servimos más a domicilio porque había clientes que no
podían venir“ pero los que venían “lo tomaban con calma porque hacían una compra más grande, para toda la semana, al no poder venir dos o tres veces a la semana“, explica Barral.

En la plaza de Bueu también notan que en la Fase 1 los ánimos de la gente están más calmados. “Al principio la gente venía con miedo, compraban y marchaban pero ahora están tan relajados que incluso hacen corrillos y paran a hablar“, cuenta la presidenta de esta plaza, María de los Ángeles Cruz. Pero para llegar a este punto los placeros y placeras pasaron varias semanas difíciles. “Durante la etapa de confinamiento notamos que las
ventas bajaron mucho y ahora hay algo más de movimiento, pero nada parecido a lo de antes“, explica Rocío Domínguez de Pescados Bea, en la plaza de Pontevedra. Esta placera de tercera generación considera que el desastre económico de muchas familias que, de un día para otro, se encontraron sin ingresos y recursos, impacta en el movimiento de
producto: “Hay gente que no cobró los ERTES y eso se nota en las ventas", expone asumiendo que aquellos clientes que vieron menguada enormemente su capacidad adquisitiva, no volverán.

Una nueva normalidad llegó a las plazas de abastos, placeros y placeras