La centenaria catedral de Santa María de Tui acogió este sábado la ordenación sacerdotal de Miguel Fernandes, quien, tras completar sus estudios en el Seminario Mayor «San José» de Vigo y ejercer como diácono en los últimos meses, recibió el sacramento del Orden de manos del obispo de Tui-Vigo, monseñor Antonio Valín. El obispo emérito, numerosos sacerdotes diocesanos, familiares y amigos acompañaron al nuevo presbítero en una celebración marcada por la emoción y la participación de la comunidad.
Se trata de la primera ordenación sacerdotal en la diócesis en tres años, desde la de Ramiro Álvarez y José Emilio Veiga en junio de 2022.
Una celebración en el día de la Inmaculada
Coincidiendo con la solemnidad litúrgica de la Inmaculada Concepción, la ceremonia estuvo atravesada por un clima de doble alegría: la inminente llegada de la Navidad con el tiempo de Adviento y el nacimiento de un nuevo sacerdote al servicio de la Iglesia diocesana.
Tras la proclamación del Evangelio, monseñor Valín recordó que «Dios no nos deja perdidos en el abismo y en la oscuridad», e invitó a la comunidad a mirar a María como modelo de escucha, esperanza y entrega. «Ella nos dice: alégrate, estoy contigo», afirmó.
Un ministerio marcado por la cercanía, la compasión y la ternura
Durante la homilía, el obispo se dirigió especialmente a Miguel Fernandes, subrayando que está llamado a ser «pastor al estilo de Jesús», sirviendo desde la cercanía, la compasión y la ternura. Recordó las palabras del papa Francisco para insistir en que la vocación sacerdotal se construye tanto en la intimidad con Dios como en la cercanía al pueblo: tiempo para la oración, escucha de la Palabra y acompañamiento pastoral.
Monseñor Valín animó al nuevo presbítero a vivir su misión «con un corazón abierto», dedicado a escuchar, consolar y acoger sin juzgar, y a mantener un estilo de vida sencillo: «Vive pobre, como la mayoría del pueblo santo de Dios».
El obispo también agradeció a todas las personas que han acompañado a Miguel en su camino vocacional, desde sus formadores y sacerdotes hasta su familia, amigos y comunidad parroquial.
El rito de ordenación y la incorporación al presbiterio
Tras la promesa de respeto y obediencia al obispo, Miguel vivió los momentos centrales del sacramento del Orden: el canto de las letanías postrado en el presbiterio, la imposición de manos del obispo, la acogida del presbiterio y la plegaria de ordenación.
«Te pedimos, Padre Todopoderoso, que confieras a este siervo tuyo la dignidad del presbiterado…», proclamó el obispo durante la plegaria. Concluido el rito, Miguel fue revestido con la casulla y recibió la unción de las manos y la ofrenda para la Eucaristía, signos visibles de su nuevo ministerio.
Desde ahora, Fernandes pasa a formar parte del presbiterio diocesano, colaborando con el obispo en la atención pastoral y en la celebración de los sacramentos propios del sacerdocio: la Eucaristía, la Reconciliación y la Unción de Enfermos.
Una diócesis con 165 sacerdotes y 6 diáconos permanentes
Según los últimos datos remitidos a la Conferencia Episcopal Española, la diócesis de Tui-Vigo cuenta actualmente con 165 sacerdotes incardinados y 6 diáconos permanentes, quienes sostienen la vida sacramental y pastoral de las comunidades repartidas por el territorio diocesano.
