Siro en Lugo

Siro esa caricatura de sí mismo, el genio, la chispa y el buen talante, ha recalado en la ciudad amurallada, llevando consigo un círculo de artes y consensos digeribles en el humor más certero. 

Siro esa caricatura de sí mismo, el genio, la chispa y el buen talante, ha recalado en la ciudad amurallada, llevando consigo un círculo de artes y consensos digeribles en el humor más certero. Su exposición, 40 años de Autonomía de Galicia en las caricaturas de Siro, ha viajado hasta Lugo, a la sede de AFUNDACIÓN, ofreciendo una dosis de ingenio y reflexión que trasciende el papel y la tinta. Esta muestra es un recordatorio de que la elegancia es inteligente y capaz de provocar la sonrisa sin esconder la mala intención.

 

La generosidad de Siro López no solo reside en la genialidad de sus trazos, sino en el gesto de altruismo que lo acompaña. Como polímata que es —pintor, escritor, periodista, dibujante, ensayista e investigador—, ha sabido dejar una huella imborrable. Con la reciente ampliación de su donación, sumando 1.273 nuevas caricaturas a las más de 3.000 ya entregadas al Parlamento de Galicia, Siro eleva la entrega de su obra al más puro acto de bonhomía. El Parlamento de Galicia, y su presidente Miguel Ángel Santalices Vieira, han jugado un papel fundamental en la defensa y difusión de este legado artístico. Su labor no solo resguarda las obras, sino que promueve el espíritu de convivencia que el humor de Siro representa.

 

En Lugo, el público tiene la oportunidad de sumergirse en 230 de estas viñetas que narran la historia política gallega de las últimas décadas con esa retranca que caracteriza a los grandes humoristas de la tierra. Es un viaje en el tiempo y un ejercicio de memoria colectiva, una oportunidad para entender cómo la caricatura puede ser un espejo de nuestra sociedad, con sus virtudes y sus contradicciones.

 

No es casualidad que la obra de Siro llegue a una ciudad con el peso cultural de Lugo. Los lucenses siempre han sabido apreciar el ingenio y la palabra certera, desde figuras históricas hasta los intelectuales contemporáneos. Es en este contexto donde la donación de Siro adquiere un valor añadido. El arte, cuando se comparte, se convierte en un bien común que fortalece la identidad de un pueblo. Como sentenció Castelao en Cousas da vida, "A caridade non é a que fai o donativo; é a que sente a necesidade do donado". La necesidad del humor y del arte como vehículos de entendimiento es, sin duda, una de las mayores urgencias de nuestro tiempo, y la donación de Siro es un faro que ilumina esa senda, un Siro de gracia, de benéficas y purificadoras sonrisas.

 

La exposición es una muestra palpable de cómo el altruismo se convierte en bandera de convivencia y en cimiento de una sociedad más reflexiva. La sonrisa que provoca cada viñeta es un pequeño acto de resistencia contra la solemnidad impostada, una invitación a la inteligencia colectiva y a la reflexión a través del humor. Es, en definitiva, un regalo de un ferrolano para toda Galicia, con el cariño especial de quien sabe que los pequeños barcos de papel, cargados de tinta, pueden navegar con más fuerza que las grandes naves de los astilleros.