El Camino de Santiago, un ecosistema vulnerable que recibe a más de 400.000 personas anualmente, enfrenta un problema creciente: la acumulación de residuos. Para combatir esta amenaza silenciosa, Viajeros Canallas, empresa líder en la organización de grupos del Camino, ha lanzado "Basuraleza", una innovadora iniciativa de limpieza colectiva con el ambicioso objetivo de retirar más de 10.000 kilos de basura en los próximos meses.
El proyecto es tan sencillo como efectivo: cada peregrino recibe una mochila con una bolsa reutilizable y un folleto informativo que les anima a recoger los residuos que encuentren durante su etapa. Al finalizar el día, las bolsas se vacían en puntos designados para su correcta gestión.
"Queríamos demostrar que con una pequeña acción diaria se puede generar un impacto enorme", explica Alberto Lence, fundador de Viajeros Canallas y experimentado peregrino con más de 5.000 km recorridos a pie. "El Camino nos ha dado tanto, que ahora sentimos la necesidad de devolverle algo. Recoger un trozo de plástico es fácil, pero también es un gesto de amor por esta ruta que tanto nos transforma".
"Basuraleza" se concibe no como una campaña puntual, sino como una actitud peregrina consciente y permanente, promoviendo el turismo sostenible en España. Iniciativas como esta refuerzan la idea de que es posible disfrutar de los entornos naturales y, al mismo tiempo, ser parte activa de su conservación.
Hasta la fecha, más de 1.000 peregrinos voluntarios ya se han sumado a "Basuraleza", y la cifra sigue creciendo. La campaña está abierta a todos, tanto a quienes viajan con Viajeros Canallas como a peregrinos independientes. Si eres peregrino, puedes pedir tu bolsa en los puntos de entrega o a través de tu grupo con Viajeros Canallas. Si no caminas, pero deseas colaborar, puedes difundir la iniciativa o rellenar un sencillo formulario para aportar tu granito de arena.
Mientras otros prefieren señalar lo negativo del Camino, esta comunidad ha elegido sumar. Porque si algo define al verdadero peregrino, es su capacidad de dejar el mundo un poco mejor de como lo encontró. Y en el Camino, ese cambio comienza con una bolsa y un gesto.
