El sistema eléctrico español ha logrado una transformación histórica entre 2011 y 2024, al reducir en casi tres cuartas partes sus emisiones de CO₂, pasando de más de 80 millones de toneladas a unos 21 millones. Este avance posiciona a España como un referente en la lucha contra el cambio climático, según un informe de papernest.
La clave de este éxito ha sido la progresiva desaparición del carbón, que ha pasado de representar más del 15% de la generación energética a ser casi irrelevante. Paralelamente, las energías renovables, especialmente la eólica y la solar, han duplicado su presencia, superando el 50% de la generación total por primera vez en 2023.
Un liderazgo europeo
La reducción del 74% en las emisiones de España es notable en el contexto europeo. Aunque la Unión Europea ha conseguido una reducción del 43% entre 2013 y 2023, la cifra española la sitúa a la vanguardia junto a países como Dinamarca y Portugal, y muy por delante de economías aún dependientes del carbón como Alemania y Polonia. Este logro se explica en gran parte por el rápido desmantelamiento de las centrales térmicas y por las subastas de energías renovables desde 2017.
El marco regulatorio español, alineado con el Green Deal europeo, y la flexibilidad técnica del sistema han sido factores clave para la integración de energías renovables.
Retos y futuro
A pesar del sólido progreso, el país se enfrenta a nuevos desafíos para alcanzar sus ambiciosas metas. El nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2023-2030 fija objetivos como alcanzar el 81% de renovables en la generación eléctrica y reducir las emisiones un 32% respecto a los niveles de 1990.
No obstante, la transición podría verse ralentizada por la volatilidad del precio del gas, las trabas administrativas a nuevos proyectos y la falta de inversión en redes y almacenamiento. Superar estos obstáculos es crucial para que España se consolide como líder europeo y transforme la acción climática en una ventaja económica y social duradera.
Fuente: papernest.es
