Lo que hace apenas una década era una elección minoritaria, hoy es una de las opciones más populares en el carrito de la compra. En España, más de 8 millones de hogares ya consumen bebidas vegetales, y su crecimiento no se detiene. Este 22 de agosto se celebra el Día Mundial de las Bebidas Vegetales, una fecha ideal para analizar cómo este mercado ha pasado de ser una simple alternativa a un pilar de la alimentación.
De la necesidad al placer y la sostenibilidad
Durante años, las bebidas vegetales se asociaban a intolerancias o dietas veganas. Sin embargo, su consumo ha evolucionado hacia una decisión basada en el placer, la salud y la sostenibilidad.
El mercado ha crecido de manera exponencial, con un aumento del +47% en valor y +56% en volumen en la última década. Se estima que para 2025, las ventas superarán los 400 millones de euros. Hoy en día, el 42% de los hogares españoles las consume, y el 64% de estos lo hace varias veces por semana.
Entre las favoritas, la avena (48%), las almendras (24%) y la soja (16%) lideran las ventas. Además, los consumidores más jóvenes destacan por su curiosidad y tienden a probar una mayor variedad de opciones.
Un estilo de vida más allá del sabor
Según un estudio de Ipsos para la marca YOSOY, las motivaciones para elegir bebidas vegetales han evolucionado. El 35% de los consumidores las elige por motivos de salud, el 27% por placer, y los más jóvenes por su afinidad con un estilo de vida y unos valores que se identifican con lo vegetal.
"La bebida vegetal se ha convertido en una elección activa de bienestar, de sabor y de identidad", afirma Olivia Santana, Marketing Manager de YOSOY. La versatilidad de estas bebidas ha conquistado no solo los desayunos, sino también la cocina, usándose en batidos, postres y recetas tanto dulces como saladas.
Sostenibilidad: el argumento que lo cambia todo
Más allá del sabor, elegir una bebida vegetal es un gesto a favor del medio ambiente. La producción de un litro de bebida vegetal tiene un menor impacto en la huella de carbono y el consumo de agua en comparación con la leche de vaca. Por ejemplo, mientras la producción de un litro de leche genera 3,2 kg de CO2, un litro de bebida de almendra solo produce 0,4 kg y las de soja y avena 0,9 kg. Esta conciencia ambiental es clave, especialmente para las nuevas generaciones.
Las bebidas vegetales han dejado de ser una moda pasajera para convertirse en un hábito. En este Día Mundial, celebramos su consolidación como una opción que combina bienestar, sabor y un compromiso real con el futuro del planeta.
