sábado. 27.07.2024

“La universidad del futuro tiene que ser capaz de adaptarse a la nueva situación y revisar sus planes de acción en las tres misiones que tiene encomendadas", afirmó Juan Viaño

En la quinta mesa de debate en 2024 del ciclo “Compostela 2023-2027. Presente y futuro”, organizado por la Real Sociedad Económica de Amigos del País de la Ciudad de Santiago, el rector compostelano centró además el foco de su intervención en “la necesidad de intensificar y diversificar a la vez la relación entre la universidad y la sociedad, a través de la transferencia de conocimiento”.
Los dos ex rectores y el rector de la USC.
Los dos ex rectores y el rector de la USC.

El rector de la Universidad de Santiago de Compostela, Antonio López, cree necesario “seguir apostando por la Universidad pública, como garante de la igualdad de oportunidades en tiempos inciertos, de cambios intensos y bruscos”.

En la quinta mesa de debate en 2024 del ciclo “Compostela 2023-2027. Presente y futuro”, organizado por la Real Sociedad Económica de Amigos del País de la Ciudad de Santiago, el rector compostelano centró además el foco de su intervención en “la necesidad de intensificar y diversificar a la vez la relación entre la universidad y la sociedad, a través de la transferencia de conocimiento”. Concretamente, López cree fundamental que la institución académica tienda puentes con la sociedad desde las aulas a la actividad investigadora, pasando por las acciones de divulgación, programas de emprendimiento, etc.

En el debate, que condujo Emilio Pérez Nieto, presidente del Consello Social de la USC entre 1987 y 1997, también participaron los exrectores de la USC Darío Villanueva y Juan Viaño, en un acto que encabezó el presidente de la RSEAPS, Francisco Loimil Garrido.

Villanueva planteó tres asuntos relacionados con el futuro de la USC, “en el contexto”, afirmó, “de la evolución global de las universidades en nuestra época posmoderna”. El exrector manifestó en primer lugar su “preocupación por la influencia negativa en la libertad de cátedra y el desarrollo del conocimiento sobre la base de la búsqueda de la verdad científica ejercida por ciertos movimientos nacidos en Estados Unidos y muy vigentes en el Reino Unido, como la corrección política, inspirada por la teoría de la tolerancia represiva de Herbert Marcus”.

Además, reivindicó que, “junto a las funciones de la Universidad de docencia y formación de profesionales, investigación y transferencia de conocimiento para generar riqueza en la sociedad, no se olvide tampoco como fundamental la misión de crear y difundir la cultura”. Y pidió que la USC “afronte los retos planteados por la inteligencia artificial, neutralizando los peligros de deshumanización, mediante el contacto presencial entre profesores y alumnos en el plano de la docencia y la tutoría personalizada”.

Por su parte, el también exrector de la USC Juan Viaño afirmó que “la sociedad debe estar orgullosa por el esfuerzo colectivo realizado desde la primera Ley de Universidad en democracia, que permitió levantar las universidades modernas, dotándolas de infraestructuras materiales y de un entramado normativo que permiten garantizar los objetivos de las tres misiones universitarias: docencia, investigación y transferencia del conocimiento”.

Aunque según Viaño ese esfuerzo permitió a la universidad española, en general, y a la USC, en particular, vivir en las últimas décadas una etapa de gran expansión y vitalidad, “en este momento el sistema comienza a dar síntomas de fatiga ante las exigencias de un mundo globalizado, con nuevos modos de relacionarse, con acceso universal a la formación y a la información, y en el que los cambios sociales se suceden rápidamente”. Por ello cree que “la universidad del futuro tiene que ser capaz de adaptarse a la nueva situación y revisar sus planes de acción en las tres misiones que tiene encomendadas (docencia, investigación y transferencia de conocimiento), con el objeto de contribuir al desarrollo económico, social y humanístico del país”.

“Es necesario también”, afirmó, “aprovechar las posibilidades de los nuevos medios de comunicación para aumentar el impacto social de los avances del conocimiento y que las universidades -como depositarias del saber humano-, adiestren a la sociedad para protegerse frente a las influencias negativas que se propagan en esos medios”. “Las universidades tienen que ejercer su liderato científico y convencer a los que no creen en el poder del conocimiento como, por ejemplo, los antivacunas o los terraplanistas”, concluyó.

“La universidad del futuro tiene que ser capaz de adaptarse a la nueva situación y...
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