José Ribeiro da Costa, profesor y escritor: “Es necesario un aldabonazo a mis lectores para que se paren a pensar”

José Ribeiro, entrevistado por DL-G, en la sede del Mira Clube de Oporto.

Ribeiro da Costa (Vila Nova de Famalicão, 1940) es un profesor y escritor luso, residente de Oporto, que gusta de emplear el género literario del cuento para, “inspirándose en la realidad”, escribir piezas de valor literario y con un contenido que haga que el lector se pare a pensar.

Su décimo libro, A Fé de um Cientista, (La fe de un científico), es un conjunto de 26 cuentos para los que se inspiró en la vida misma que le llevó año y medio concretar “y que me llenaron de alegría” durante ese tiempo, dice.

El subtítulo

es ‘Cuentos que hacen pensar”. “Esto es importante –señala a Diario

Luso-Galaico en entrevista en Oporto, en noviembre de 2019- porque hace pensar

a los lectores y les aporta ideas. Incluso la intención es que provoquen

cambios” en los lectores.

“Estamos en

una civilización vertiginosa y en la que se producen cambios muy rápidos. Las

personas tenemos difícil seguir el progreso…Los jóvenes organizan su mundo en

función de los juegos, Internet, la televisión…Así esta vida no lleva mucho a

pararse a pensar. Y es necesario un aldabonazo a mis lectores en este caso para

que se paren  a pensar. La vida está

hecha de pensamiento y es así como se progresa. Por tanto, esta es una de mis

intenciones, hacer que las personas y mis lectores piensen”.

‘La fe de un científico’ es su sexto libro de cuentos. A Ribeiro le encanta este género de narrativa (luego, en función de su extensión, está la novela y el romance). “A mí me gusta la narrativa porque llega rápida al desenlace. Esto hace que el lector esté en suspense. Además he observado que hay mucha gente a la que le gusta este género. Son personas a las que, a veces, les gusta leer un poco antes de acostarse a dormir y les agrada saber cómo termina aquello que empezaron a leer. El cuento es, por tanto, una narrativa que satisface este deseo”, explica el escritor.

Aunque a un escritor no le gusta hablar de su obra como a un artista de su cuadro, prefiere que lo lean o lo miren, Ribeiro da Costa señala 2 de sus cuentos como ‘preferidos’ de este libro. Por eso dice: “Un libro es como un hijo. Te gusta todo lo que escribes. Pasé año y medio pensando en este libro, me fui implicando y con cierta pasión…Pero, tengo que admitir que hay algunos que me atraen más que otros, quizá porque tengan más fuerza”, concluye.

Y pone como ejemplo el cuento de un chaval baqueteado por la vida que se siente masacrado por el destino. En esta situación, el chico abandona a Dios y se hace comunista. Después vive malamente y, en un momento concreto, tiene una inspiración, y sin saber cómo, cambia de vida y llega a ser ordenado sacerdote católico. Entonces invita a un amigo a asistir a su primera misa, diciéndole que ha encontrado un ideal de vida, cosa que le llena el alma y que no es otra que el Cristianismo.

Otro cuento que influyó en José Ribeiro fue el de un capitán y un enfermero. El capitán trató muy mal al sanitario. Años después el capitán tuvo la desgracia de caer preso en Guinea durante la guerra colonial.

 Cuando fue traslado a un hospital de Bissau, se encontró con este enfermero. El capitán pensó que le iba a matar…Pero no fue así. Le trató muy bien. Cuando el capitán le pidió perdón, el enfermero le dijo que esa era su obligación y que un cristiano procede así. Entonces, el capitán con determinación le confesó: Encontré a Cristo en mi vida. Y aquel capitán, que era un ateo confeso, se convirtió.

Sobre sus lectores, Ribeiro da Costa dice que son, principalmente, la juventud. “A los jóvenes les gustan mucho mis libros. Cuando escribo, los encuadro en un marco general y, por eso, a los padres de los chicos también les gustan mis libros y me dicen: en mi familia todos leen esos libros”.

El escritor deja claro que “lo mío no es solo transmitir unos contenidos, sino que, además, procuro cuidar la forma. No es una literatura de consumo rápido. Son obras con un valor literario. Por tanto, a los estudiantes portugueses que estudian literatura les gusta apreciar mis libros. Por lo tanto, es la forma de la escritura no solo el contenido. Procuro que mi prosa sea simpática, bonita...También intento que les guste apreciar el mensaje, a través de una forma literaria de calidad”.

El profesor Ribeiro da Costa, en otros libros, solía ser escritor y a la vez editor o productor como dice él. Esto significó que tuvo que dedicar tiempo a la promoción acudiendo a citas, como el día del autor, el día del libro, a una biblioteca cuando organizaba…

”Yo iba a presentar mis libros. Ahora con el paso del tiempo esto va cansando…Entonces acordé con una editorial, Emporium Editora, que se encarga de la promoción. De esta forma todo es más descansado y me encuentro más libre para escribir”.  

De hecho,

ahora José Ribeiro está escribiendo un romance que estará publicado –anuncia-

este año 2020. Él es muy metódico y confiesa que cumple el propósito que hizo

hace ya más de 6 años de escribir un libro al año. Porque se lo toma en plan

profesional.

“Todas las

mañanas dedico 4 horas a escribir. Si no estoy inspirado, me dedico a la

lectura. Leer siempre hace fecunda la escritura. Además, quien lee mucho, tiene

mucho de lo que hablar”.

Sus libros han cautivado a muchos lectores. Recuerda José Ribeiro a un amigo, António Sarmento, licenciado en Farmacia, que invitó a presentar uno de sus libros por “su cultura y gusto literario”. “Me llenó de orgullo por el efecto que vi tuvo la lectura de mi libro en él”. Así, desarrolló una presentación “extraordinaria” de su libro en Oporto.

Ribeiro es profesor jubilado en la actualidad, aunque desarrolla algunas tareas de voluntariado en el ámbito educativo con otros colegas. Su famosa colección Clube de Jornalismo fue y es muy leída por sus alumnos y otros jóvenes. Ribeiro cuenta cómo una alumna leyó ‘El diario de Andreia’, que forma parte de esa colección. Esta colección lo que se propone es enseñar a escribir y que los lectores se lancen a escribir. Dijo: “Esta lectura fue la mejor experiencia de escritura que tuve después de leer su libro, Diario de Andreia”.

José Ribeiro da Costa sigue ahí en el panorama literario luso, especialmente de literatura para jóvenes y para toda la familia. Su trabajo constante le ha llevado a esta ya ingente tarea de libros publicados. Su objetivo de hacer pensar a sus lectores no es baladí.


José Ribeiro da Costa, professor e escritor: «É necessário uma forte advertência aos meus leitores para que parem a pensar»

Ribeiro da Costa, (Vila Nova de Famalicão,1940), é professor e escritor luso, residente no Porto, que gosta de empregar o género literário do conto para, inspirando-se na realidade que o cerca, «escrever peças de valor literário com um conteúdo que faça com que o leitor pare para pensar».

O seu décimo livro de literatura juvenil: A Fé de

um Cientista é constituído por 26 contos, para os quais se inspirou na

própria vida e que levaram ano e meio a concretizar e diz que, durante esse

tempo, o encheram de alegria.

O subtítulo do livro: Contos que fazem pensar «é

importante – assinala ao Diário Luso-Galaico, nesta entrevista realizada no

Porto, em novembro de 2019 – porque estes contos de facto fazem pensar os

leitores transmitindo-lhes ideias, inclusivamente com a intenção de provocar

mudanças.

«Estamos numa civilização vertiginosa na qual se

produzem mudanças muito rápidas, difíceis de acompanhar. Os jovens são

apanhados por esta voragem, organizam o seu mundo em função de jogos, internet,

televisão, smartphones e não têm tempo de parar um pouco. É por isso que aviso

os leitores para que parem para pensar porque a vida é feita de pensamento e é

pensando que se progride. Eis aqui uma das minhas intenções.»

A Fé de um Cientista é o sexto livro de contos de

Ribeiro da Costa. Acerca do género narrativo que engloba o conto, a novela

e o romance, diz que «a mim agrada-me o conto porque após o suspense chega

rapidamente ao desenlace. Muitas pessoas gostam de ler  um pouco ao deitar e como o conto não é muito

extenso, conseguem ver como começa, se desenvolve e acaba, num curto espaço de

tempo».

Embora um escritor, mais que gabar a sua obra, prefere

que o leiam e o admirem, no entanto Ribeiro da Costa fala-nos de dois

contos seus preferidos que aconselha em A fé de um Cientista. Diz-nos: «

Um livro é como um filho, gostamos dele no seu todo porque nos agrada o que

escrevemos. Levei um ano e meio pensando nele, fui dando-lhe voltas e fiquei

apaixonado.  Mas tenho que admitir que

sempre há alguns contos que me atraem mais, talvez por terem maior força

expressiva. É o caso de: O Vasco encontra um ideal e O meu sargento

enfermeiro.» conclui.  (…)

Quanto ao tipo de leitores, Ribeiro da Costa referiu

que se encontram principalmente entre a juventude. «Os jovens apreciam os meus

livros e o curioso é que os seus pais também. Por vezes dizem-me: na nossa

família todos somos seus leitores

O escritor deixa claro: «não procuro somente

transmitir conteúdos, mas também embelezar a forma de modo que este livro possa

ser considerado uma obra literária».

O Professor Ribeiro da Costa, nos livros de

contos anteriores era autor e editor e isto significou que teve que dedicar

tempo à promoção: «Ia apresentar os meus livros às escolas e empresas e esta

tarefa acabou por me cansar. O livro: A Fé de um Cientista, já foi

publicado pela Emporium Editora, o que me libertou mais tempo para a escrita».

Em relação ao futuro, José Ribeiro da Costa está

escrevendo um romance cuja publicação se anuncia para finais do ano 2020.

Escrever, para este escritor, é como se fosse uma tarefa

profissional e assumiu o propósito de concluir um livro por ano o que tem

conseguido cumprir.

«Todas as manhãs dedico quatro horas a escrever e, se

não encontro inspiração, leio. A leitura fecunda a escrita. Quem lê tem muito

de que falar. (…)

José Ribeiro da Costa continua aí, no panorama

literário luso, dedicando-se a promover, com afinco, a literatura juvenil. O

seu trabalho constante levou-o a esta tarefa ingente de ter, neste momento, dez

livros publicados.

Concluimos que o seu objetivo de fazer pensar os

leitores não é um objetivo que possamos desprezar.