El jersey de papa Francisco
Desde 2015 uso menos la calefacción y me pongo antes un jersey. Lo sugería el papa Francisco en Laudato sí, su encíclica sobre cuidado de la Naturaleza y ahorro energético. Del papa difunto aprendí también a mirar a los pobres de cerca y dos palabras: ‘descartados’ (= los indefensos) y ´balconear’ (= ‘mirar la vida desde el balcón en lugar de comprometerse en su mejora’).
Papa ha hablado tanto de Misericordia…: añadió Mater Misericordiae, ora pro nobis! a las letanías del Rosario que recitamos miles de personas.
De las seis luminosas Encíclicas que nos dejó para meditar me quedo ahora con Fratelli tutti, sobre la Fraternidad y la Amistad Social (2020). Habla bien de la Política y nos sugiere que amemos también a los adversarios políticos (algo así como que ame a Pedro Sánchez aunque denueste de su gobernación). Si alguien ayuda a un anciano a cruzar un río, y eso es exquisita caridad, el político le construye un puente, y eso también es caridad. Si alguien ayuda a otro con comida, el político le crea una fuente de trabajo, y ejercita un modo altísimo de la caridad que ennoblece su acción política. Con renuncias y paciencia un gobernante puede ayudar a crear ese hermoso poliedro donde todos encuentran un lugar. Papa ha hablado tanto de Misericordia…: añadió Mater Misericordiae, ora pro nobis! a las letanías del Rosario que recitamos miles de personas.
Papa Jorge Bergoglio fue un obispo gordo con papada y era poco apolíneo, qué más da.
En junio de 1954 mi madre lagrimeaba y sonreía mirando en Roma a la ventana de Pío XII; yo tenía doce años y entendí que aquella persona también era relevante para mí, y que lo habrían de ser sus sucesores. Tengo un amigo católico para quien papa Francisco es usurpador, protestante, hereje, desechable en el listado papal. No es el único que piensa eso: somos muchos y no todo gusta a todos.
Me quedan bastantes cosas para aprender de papa Francisco y no desdeño ninguna. Papa Jorge Bergoglio fue un obispo gordo con papada y era poco apolíneo, qué más da. El domingo de Pascua, víspera de su muerte, levantó penosamente su mano con gesto de bendición universal.
Yo ya había aprendido de mi madre a amar a todos los papas… incluido el que vendrá muy pronto después de Francisco.