In memoriam del papa Francisco, el último gran líder
El Padre Jorge Bergoglio, encaminó su labor de apostolado, creando el Vicariato para las Villas de Emergencia, para ayudar en los barrios más pobres y marginados de Buenos Aires, manteniendo un vínculo afectivo y espiritual con su gente, apoyándoles en sus luchas y esperanzas, para que se respetase su dignidad como seres humanos, dejando una huella imborrable. Personaje auténtico, incómodo para el poder, consecuente con sus ideas y principios hasta el final, nunca se dejó deslumbrar por el boato, viajaba en transporte público y vivía de forma muy austera, y al llegar al Vaticano implantó sus propias reglas para seguir igual que siempre. De joven estuvo muy unido a su abuela Rosa Vasallo, que le marcó. De la mano de Antonio Quarracino, cardenal de Buenos Aires y primado de Argentina, se convirtió en su más estrecho colaborador, influyendo en Juan Pablo II para que el padre Jorge ´el santito´ fuera nombrado obispo auxiliar (1992), arzobispo coadjutor (1997), sucediéndole al frente del Arzobispado de Buenos Aires (1998), y le crea cardenal en 2001. El 13-3-2013, fue nombrado el papa 266 de la Iglesia Católica. Siendo jesuita, eligió el nombre de Francisco en honor a san Francisco de Asís, el hombre de la paz. Durante su pontificado intentó construir una Iglesia ejemplar, que no puede tolerar en su seno que atenten contra su mensaje y su obra; siempre dio la cara, asumió las responsabilidades de la Iglesia, pidió perdón y adoptó las medidas necesarias para que las víctimas tuvieran vías claras para buscar justicia, además de limpiar su propia casa; preconizó la idea de construir una Iglesia pobre y para los pobres, cercana a los más necesitados y a los enfermos.tuve el presentimiento de que era como una despedida; unas horas después recibí con profunda tristeza la noticia de su irreparable pérdida. D.E.P.
En 2015, vio la luz la carta encíclica Laudato si´ del papa Francisco sobre el Cuidado de la Casa Común, inspirada en el cántico de las criaturas de san Francisco de Asís, es un canto a la ecología y a la salud de la humanidad, y a la conversión ecológica para que las personas de fe avancen hacia un mundo mejor y más solidario; es un llamamiento a integrar la ecología y la calidad de vida en las políticas públicas ¿Quién me iba a decir en el año 1979 en el inicio de mi andadura profesional como profesor universitario, dispuesto a abrir nuevos caminos en materia de salud ambiental, que en el año 2015 iba a presentar dicha encíclica en Compostela de la mano del arzobispo Julián Barrio, y difundirla en España e Iberoamérica? Durante mi intervención (dixit): “El papa Francisco, en pocos años ha cambiado la mirada de la Iglesia, por lo que admiro la valentía, firmeza y determinación del Santo Padre, que Dios le conserve la salud para que pueda continuar su magisterio y labor de apostolado al frente de la Iglesia Católica, así como su renovación para adecuarla a los nuevos tiempos, tendiendo puentes y abriendo caminos de convergencia y de cohabitación con otras religiones y poder culminar su obra”.
Durante su pontificado intentó construir una Iglesia ejemplar, que no puede tolerar en su seno que atenten contra su mensaje y su obra
La llegada en el 2013 del papa Francisco supuso un rayo de esperanza para la humanidad, ha sido uno de los líderes más influyentes del panorama internacional, la única persona con capacidad de liderazgo y de influir en una parte importante de la población mundial en los últimos tiempos (1400 millones de católicos). Un mundo sin alma y sin rumbo, huérfano de líderes capaces de dirigir el destino de los pueblos del mundo hacia la paz, la justicia y la igual dignidad de todos los seres humanos, tiene que afrontar la incertidumbre del futuro con la esperanza de que las cosas cambien para mejor, las nuevas generaciones nos lo agradecerán. Esperemos que así sea por el bien de la humanidad.