Cee: Donde la fe se encuentra con el mar en la Costa da Morte

Más allá de los caminos, las iglesias de Cee son el reflejo del alma de la Costa da Morte, un mapa de fe y tradición grabado en piedra.
El municipio de Cee en la Costa da Morte es mucho más que un destino turístico; es un tesoro de patrimonio religioso donde cada iglesia es un faro espiritual y cultural. Recorrer sus templos, desde Ameixenda hasta Toba, es una experiencia que conecta con el alma de Galicia, fusionando fe, historia y tradición.

En el corazón de la Costa da Morte, el municipio de Cee se revela como mucho más que una primera puerta al océano. Es un destino donde cada iglesia es un faro espiritual, un testimonio vivo de siglos de fe, cultura y tradición. Desde humildes ermitas hasta majestuosos santuarios, su patrimonio religioso emociona tanto a creyentes como a escépticos, ofreciendo un recorrido íntimo por el alma de Galicia.

Lejos del bullicio de los caminos más transitados, esta ruta por las seis parroquias de Cee es perfecta para desconectar la mente y conectar el alma. Visitar estos espacios sagrados no es solo una actividad turística, sino una experiencia sensorial en la que la historia, el arte y la espiritualidad se entrelazan.


 

Un recorrido por el alma de Cee

 

Parroquia de Ameixenda: La Iglesia de Santiago de Ameixenda, del siglo XVII, es una joya barroca. Su impresionante retablo mayor de granito, presidido por una imagen de Santiago Apóstol que evoca la de la Catedral de Compostela, es un tesoro local. Un relicario con un fragmento óseo, que la leyenda atribuye al cuerpo del Apóstol, añade una capa de misterio a este sagrado lugar.

Parroquia de Pereiriña: Con una planta de cruz latina, la Iglesia San Xián de Pereiriña destaca por su fachada de grandes sillares de granito, que le da un aire de monumentalidad similar al de Compostela. Su retablo mayor neoclásico y los dos retablos barrocos gemelos, obra de un maestro local, demuestran la habilidad artística de la región.

Parroquia de Brens: La Iglesia de Santa Baia de Brens es un destacado ejemplo de la arquitectura religiosa rural del siglo XVIII. A pesar de las reformas, conserva su esencia primitiva. En su interior, un retablo con elementos decorativos ligados a maestros como Simón Rodríguez enmarca la imagen de Santa Eulalia con su corona de plata, un símbolo del arte religioso más refinado.

Parroquia de Cee: En el centro de la parroquia, la Iglesia de Nuestra Señora de la Xunqueira se erige como el corazón espiritual del municipio. Aunque un incendio en 1809, durante la Guerra de Independencia, destruyó gran parte del templo, fue reconstruida sobre sus ruinas. La devoción a la Virgen da Xunqueira ha crecido exponencialmente desde el siglo XIX, convirtiéndose en un sentimiento común que une a los ceenses. La reciente concesión del Año Jubilar y el título de santuario son hitos que reafirman su importancia. En Cee, los años no se cuentan por calendarios, sino "de Xunqueira en Xunqueira".

Parroquia de Lires: La Iglesia de Santo Estevo es un punto clave en el Camino de Santiago, construida en el siglo XVIII para sustituir un templo anterior. De pequeñas dimensiones y gran sencillez arquitectónica, este santuario es un refugio de paz para los peregrinos que recorren la ruta entre Fisterra y Muxía.

Parroquia de Toba: La Iglesia de San Adrián de Toba, de origen románico del siglo XII, fue reformada en el XVIII, incorporando elementos barrocos rurales. Su retablo mayor, presidido por la imagen de San Adrián, se complementa con una joya arquitectónica cercana: el Canastro de Caamaño, un impresionante hórreo de 15 metros de largo con 13 pares de pies.

La ruta por las iglesias de Cee no exige fe, pero sí sensibilidad. Es una propuesta perfecta para quienes buscan conectar con el territorio a través de su alma y sus tradiciones, ofreciendo una experiencia emocional e inolvidable.