El domingo 21 de abril, durante la celebración de la eucaristía de las 17 horas, la parroquia-santuario de Nuestra Señora de A Franqueira acoge un icono de la Anunciación profanado en la diócesis Homs (Siria), que será venerado durante la misa. Al término de esta liturgia, representantes de Ayuda a la Iglesia Necesitada impartirán la conferencia «Cristianos perseguidos hoy».
![Icono A Franqueira](/media/diariolusogalaico/images/2024/04/18/2024041817384462931.jpg)
Este icono, datado en el año 2005 según se indica en la firma del pintor, representa el pasaje del Evangelio según san Lucas (Lc 1, 26-38), conocido como la Anunciación, en el que el arcángel Gabriel anuncia a María que va a ser la madre de Dios. Procedente de la iglesia greco-ortodoxa de la ciudad de Yabround en la diócesis de Homs, Hama y Yabroud en el centro de Siria, fue rescatado el 14 de marzo de 2014 y en él todavía se pueden apreciar los agujeros de bala sobre la madera en la que está pintado el icono; incluso hay una bala aún incrustada en la parte superior derecha. Homs es la tercera ciudad más importante del país que, desde 2011 a 2015, sufrió duros combates entre grupos rebeldes y el ejército sirio. Durante este periodo la mayor parte de las ciudades estuvieron controladas por grupos yihadistas, como el Estado Islámico o Al Qaeda, que destruyeron numerosas iglesias, al tiempo que destrozaron y profanaron objetos cristianos.
Este objeto representa la esperanza, porque los cristianos han podido regresar a sus hogares y sus iglesias de Homs. Ellos, a pesar de la violencia que han sufrido y siguen sufriendo, quieren decir como María un gran «sí» al Señor. Los cristianos de Siria son fieles y no renuncian a su fe y aseguran que la Virgen está con ellos en todo momento. Ellos quieren repetir las palabras de la Virgen María «Hágase en mí, según tu palabra», y lo repiten continuamente. Esta confianza les une más a Dios, haciéndoles capaces de perdonar y de seguir adelante.
Antes de la guerra, los cristianos en Siria eran el 10% de la población, unos 2 millones de personas, con una presencia que se remonta a los primerísimos