Cibdá de Armea, campamento romano donde aparece una cabeza de piedra

La Xunta de Galicia colabora con el Grupo de Estudios de Arqueología, Antigüedad y Territorio de la Universidad de Vigo en una nueva campaña de excavación en este bien.

La Xunta de Galicia y la Universidad de Vigo, a través del Grupo de Estudios de Arqueología, Antigüedad y Territorio de la Universidad de Vigo (GEAAT), colaboran en la décima campaña anual de intervención arqueológica en el yacimiento romano de la Cibdá de Armea (Allariz, Ourense). Se trata de una intervención que finalizó hoy y que permitió ampliar el yacimiento en 200 nuevos metros excavados, la localización de estructuras de ocupación previa y la localización de numerosos retos materiales entre los que sobresale una cabeza de piedra de figuración humana, previsiblemente del siglo I después de Cristo, que supone uno de los pocos vestigios de su tipo localizados hasta el momento en Galicia.

La Xunta de Galicia colabora con el Grupo de Estudios de Arqueología, Antigüedad y Territorio de la Universidad de Vigo en una nueva campaña de excavación en este bien.

La intervención estuvo financiada por la Consellaría de Cultura, Educación y Universidad y por el Ayuntamiento de Allariz en el marco del convenio existente entre la entidad local y la Universidad de Vigo. Se desarrolló a lo largo de todo el mes de julio y en ella participaron miembros del GEAAT, 30 estudiantes en prácticas de titulaciones afines y procedentes de diferentes universidades estatales y personal de apoyo del ayuntamiento. “El balance que hacemos es muy bueno. Conseguimos excavar todo lo que estaba previsto y con buenos resultados”, explica Adolfo Fernández, director del proyecto.

Los trabajos, indica el arqueólogo, consistieron en ampliar el yacimiento hacia su lado este, excavando en una noticia finca colindante adquirida este año por el Ayuntamiento de Allariz y que permite continuar descubriendo estructuras ya abiertas parcialmente. Los trabajos realizados, añade, mostraron de nuevo la potencia de un yacimiento que “tiene un estado de conservación casi único en Galicia, ya que en él no hubo una ocupación posterior de la Cibdá que había venido a arrasar con los restos romanos, ni labores agrícolas que habían venido a dañar la zona. Al quedar abandona se convirtió en un bosque y por eso se conserva tan bien”.

AMPLICACIÓN

Concretamente, explica Adolfo Fernández, en la noticia hinca se excavaron alrededor de 200 metros que permitieron ampliar el ya conocido de la calle central de la Cibdá, de la domus o vivienda este, también llamada del tríscele, y de la domus norte, también llamada del hexáscele. En el caso de la domus del tríscele, ampliando el ya excavado en anteriores ocasiones, comenta el arqueólogo, “se abrió una zona nueva cara el este y apareció un atrio, que es como una especie de patio enlosado donde se recogían las aguas del tejado”. Se trata, indica, “de una zona muy hermosa, espectacular, donde está el suelo todo cubierto con pavimento de piedras de granito y apoyos con grandes sillares para los postes de madera, probablemente del tejado”.

La Xunta de Galicia colabora con el Grupo de Estudios de Arqueología, Antigüedad y Territorio de la Universidad de Vigo en una nueva campaña de excavación en este bien.

Por lo que respecta a la otra gran domus del yacimiento, la del hexáscele, Adolfo Fernández señala que “ampliamos también la excavación cara el este, abriendo una zona bastante grande de continuidad de esta casa y encontramos dos nuevas estancias o habitaciones, cuya funcionalidad aún desconocemos. Una de ellas tiene una escalera que salva un cambio de cuota y da acceso a nuevas estancias de la gran domus”.

Por último, comenta el arqueólogo, se amplió la zona abierta de la calle central del yacimiento, que divide las domus del tríscele y la del hexáscele. En las excavaciones realizadas, apuntan sus responsables, se localizó una gran cantidad de restos materiales, como son miles de fragmentos cerámicos, vidrio y muchos metales de bronce y hierro, como joyas, fragmentos de calderos y todo tipo de remaste.

HALLAZGO

El proyecto de este año también incluyó ahondar en la ocupación previa del yacimiento. Así, debajo de las grandes domus ya descubrimientos, cuya ocupación fecha del siglo II y siglo III después de Cristo, el equipo documentó una ocupación previa, también de carácter romano, del siglo I después de Cristo. “En las zonas donde no hay pavimentos de piedra ni elementos singulares seguimos bajando los pavimentos de las casas hasta llegar la roca y encontramos niveles de uso de otros momentos anteriores”, comenta Adolfo Fernández. Las piedras de esas estructuras o muros previos que corresponderían a casas más antiguas y zonas artesanales, indica, fueron amortizados o reutilizados en las domus visibles actualmente.

Asociada a estas construcciones más antiguas del siglo I después de Cristo, el equipo de la UVigo encontró una cabeza de piedra de figuración humana que estaría incrustada en la pared de esa casa más antigua que está bajo de las grandes domus visibles. “Se trata de un hallazgo importante porque cabezas de este tipo hay muy pocas en el contexto gallego, alrededor de una veintena, y la mayoría relacionadas con cabezas de guerreros. Hallar cabezas antropomorfas en ambientes galaico-romanos es muy poco habitual, es un elemento de cultura material que no se encuentra todos los días”, explica Adolfo Fernández.

El arqueólogo señala como ya se han localizado dos cabezas similares en Armea pero fue años atrás y fuera de un yacimiento. “El interesante de esta cabeza es que apareció en contexto arqueológico”, indica. La cabeza, que tiene unas dimensiones aproximadas de 60 cm, faltándole la parte inferior, está datada por los arqueólogos de la UVigo alrededor de mediados del siglo I después de Cristo, señalando como “ahí también radica parte de su relevancia, porque está en un contexto claramente alto imperial, queda claro su carácter romano”, recordando cómo en otros casos parejos estas cabezas “se asimilan a contexto indígena, castreño”.

Según explica el equipo responsable del proyecto, el vestigio, que será trasladada al campus de Ourense para su estudio, probablemente había tenido un carácter protector de la casa, de la domus, y tiene “un enganche que parece ser para amarrar una cuerda y que había podido funcionar como amarre de ganado”.

El proyecto continuará en otoño con la campaña de conservación y restauro, como en años anteriores. En ella se trabajará en las zonas excavadas este verano, realizando tareas de consolidación de muros, tapado de estructuras y pavimentos y musealización.