Carreiro-Marzán, en Foz, tres penínsulas costeras con evidencias materiales de la Edad del Hierro al período romano

Vista satélite del municipio de Foz, Lugo.

La Xunta de Galicia inició hoy en Foz las prospecciones arqueológicas para documentar y caracterizar la época a la que pertenecen los diferentes restos del sitio arqueológico del Carreiro-Marzán, un yacimiento que abarca tres penínsulas costeras y en el que existen restos murales y evidencias materiales de la edad de Hierro y al período romano.

La campaña, que se prolongará durante dos meses, se centrará en el trecho del litoral comprendido entre las playas de la Rapadoira y de Peizás con el objetivo de comprobar el actual estado de las secciones del terreno en las que se documentaron estructuras y materiales arqueológico en años anteriores, así como geolocalizar las diferentes bocas y galerías mineras existentes antes de que la erosión marina elimine los registros que se conservan.

Además, en una segunda fase, se realizarán dos sondeos arqueológicos valorativas con el fin de caracterizar la cronología de los restos en este sitio arqueológico. La actuación se completará con acciones divulgativas para difundir los resultados obtenidos y la puesta en valor del yacimiento arqueológico en la comunidad local.

ACANTILADOS

Hace falta recordar que el trecho de costa sobre lo que se actuará está dominado por una línea de acantilados de fuerte pendiente con pequeños entrantes en forma de cala y en el que se documentaron varias aberturas y una galería de explotación minera hecha con instrumentos metálicos. En este espacio, aunque no fueron descubiertos materiales arqueológicos que permitan determinar la cronología de estas minas, sí se documentaron en la superficie restos asociados a material arqueológico del período castreño o romano.

La actuación llevada a cabo en el ayuntamiento de Foz se enmarca en el proyecto de control geométricos y monitorización de yacimientos arqueológicos en la Mariña lucense que inició la Consellería de Cultura y Educación, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural, en el año 2016 con el objetivo de evaluar los efectos de la erosión costera en diferentes sitios arqueológicos de la comarca.