Un proyecto impulsado por la Xunta para el seguimiento de la tortuga europea en el Parque natural complejo dunar de Corrubedo y lagunas de Carregal y Vixán permitió constatar avances en la consolidación y crecimiento de las poblaciones de esta especie en las dos charcas en las que está presente.
Así lo explicó esta mañana la conselleira de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda, Ángeles Vázquez, quien visitó este espacio natural acompañada por el alcalde de Ribeira, Manuel Ruíz, y la directora general de Patrimonio Natural, Belén do Campo, para comprobar in situ el hábitat natural de estos reptiles, que figuran como “en peligro de extinción” en el Catálogo gallego de especies amenazadas.
Las labores de seguimiento de la tortuga en el parque natural comenzaron el pasado otoño, con la recogida sobre el terreno de los datos base de partida, y esta primavera se realizaron nuevos muestreos para completar la información.
A la vista de los resultados, se confirmó que la población de tortugas de las dos charcas de Olveira en las que están asentados muestran síntomas de crecimiento. Así, tal y como se expuso durante la visita, se detectaron 16 ejemplares nuevos en 2022 y otros 6 más en las muestras realizadas desde abril de este año. Además, la tasa de supervivencia estimada es de un 90% anual, valor que se considera elevado para esta especie.
Por este motivo, la conselleira subrayó que los datos recopilados en el marco del proyecto para el seguimiento de la tortuga europea en Corrubedo —financiado con fondos europeos del Next Generation-UE— permiten concluir que este reptil disfruta “de buena salud” en el parque natural, al tiempo que puso en valor la importancia de las poblaciones existentes en Ribeira para garantizar la conservación de la especie en el conjunto de Galicia. De hecho, hace falta recordar que esta especie tiene una escasa presencia en la Comunidad, que se limita a los valles de los ríos Arnoia, Avia y Louro, además del parque natural de Corrubedo.
La tortuga europea (Emys orbicularis) fue reintroducida en el año 2004 en la charca de Olveira, en Corrubedo, por un grupo de la Universidade de Vigo (UVigo) liderado por el profesor Adolfo Cordero, el mismo equipo que ahora se encarga de analizar la tasa de supervivencia de los ejemplares presentes en esta zona así como su estructura genética.
En los últimos 20 años la población fue creciendo, tal y como permitieron constatar los seguimientos periódicos realizados desde 2010 y que arrojan un promedio anual de individuos recapturados de entre 5 y 14.
Para hacer los muestreos los expertos de la UVigo aplicaron nasas cebadas en la charca de Olveira y en dos próximas más pequeñas. Una vez capturados, a cada individuo se le hizo una ficha completa y se procedió a su marcaje con un transportador integrado pasivo para garantizar su seguimiento a largo plazo. Además, también se le tomaron muestras de sangre para hacer los análisis genéticos correspondientes y cuyas conclusiones serán de utilidad para garantizar su preservación.
