Una posibilidad post-Covid, el Eje Atlántico

©Sailingshots by María Muiña Photography

            El novelista estadounidense Henry Miller dejó escrito que “el destino al que uno se dirige nunca es un lugar, sino un nuevo punto de vista”. Con seguridad es un lozano enfoque de lo esencial en donde la oportunidad puede favorecer la España atlántica, singularmente a  Galicia o Canarias, y a Portugal, al proponerse un alternativo eje dinamizador de la Europa del Sur, compensando al hoy dominante Mediterráneo.

            El fenómeno como referente de debate intelectual, ha estado presente en muchos e importantes intelectuales, fundamentalmente, portugueses, gallegos y canarios, sin que ello haya permitido cuajar una eficaz teoría de lo occidental, circunstancia ciertamente aprovechable como elemento de posicionamiento y/o de diferenciación en un mundo crecientemente globalizado.

            En España, atlántico es lo vasco, lo cántabro, lo astur y parte de lo andaluz, fundamentalmente atlántico es lo canario, lo gallego. En Portugal lo es todo el territorio, incluidas sus islas. En lo cultural nace en entornos en los que se hablan idiomas comunes y distintos, y todo no une en lo geográfico al resto de Europa -bajo una única bandera-, a África y nos enlaza con América en su conjunto. Lo atlántico representa pues una magnífica ocasión de singularización en lo universal, de lo que participa directamente por aglutinar pueblos de dispersión con relevantes representaciones en todo esa parte del mundo.

            En este escueto bosquejo de posibilidades casi ilimitadas, España y Portugal encuentran una coyuntura única de liderazgo, de protagonismo en vanguardia, de punto de encuentro en la encrucijada, de eje dinamizador de un fenómeno que hay que provocar buscando un liderazgo creativo con resultados políticos, sociales y económicos. La pertinencia se corresponde con el entendimiento de la oportunidad, de la necesidad de establecer alianzas estratégicas como Mundo Atlántico que aglutina a universidades, presenciales y virtuales; asociaciones empresariales lusas y españolas; cámaras de comercio latinoamericanas, hubs internacionales de negocios, etc. que se han planteado un primer objetivo común: reflexionar sobre el papel de la burocracia administrativa en la recuperación económica post-covid. En estos días, en Galicia, se analizará la rápida tramitación para la constitución de empresas, basándose en un modelo de éxito, el portugués. Las conclusiones del encuentro serán elevadas al Parlamento de España. Estamos ante una iniciativa incipiente a la que se puede augurar un largo recorrido con la articulación ordenada de decenas de actuaciones posibles en el marco del realismo económico.

            Considerar todas las posibilidades, desde la promocional a la industrial, desde la educativa a la social, desde la digital a la energética, desde el turismo a la agroalimentación, es una tarea urgente en la que, además, los territorios ibéricos y sus aliados naturales, están llamados a intentar desde ya la participación de la iniciativa pública y de la privada, de la estatal y la autonómica, de la local y de la europea. Hay que aprovechar el talento y utilizar las más modernas tecnologías para responder en tiempo real a las demandas de los nuevos mercados.

            Mundo Atlántico es una respuesta acorde al nuevo panorama, conllevará la organización de  trascendentes actividades en distintos lugares, de foros y exposiciones que abarcarán el más amplio abanico de capitales internacionales. Merece consideración y exigencia máxima.

Naveguemos con estrategia y confiemos el futuro a quienes saben por dónde enrumbar la eficacia. La necesitamos y de manera urgente.

Este artículo se enmarca en el Proyecto Ibérico. Destino Atlántico

Alberto Barciela

Periodista