El robo del Louvre reabre el debate sobre la ciberseguridad en los museos

Infografía DL-G.
El robo del Louvre ha puesto de relieve la vulnerabilidad de los museos frente a los ciberataques. Expertos advierten que estas instituciones culturales se han convertido en objetivos estratégicos para delincuentes y actores internacionales.

 El reciente y mediático robo en el Museo del Louvre ha puesto de manifiesto no solo la vulnerabilidad física de las grandes instituciones culturales, sino también la necesidad urgente de reforzar su seguridad digital. Según los expertos, los museos se han convertido en objetivos estratégicos tanto para delincuentes comunes como para ciberatacantes.

“El ataque al Louvre demuestra que un museo es mucho más que un contenedor de arte: es un símbolo del Estado y de su cultura. Golpearlo equivale a desestabilizarlo”, explica Sancho Lerena, CEO de la tecnológica española Pandora FMS y experto en gestión IT y ciberseguridad. Lerena advierte que “los ciberataques a instituciones de este tipo no solo buscan beneficios económicos, sino también dañar su reputación y la confianza social en ellas”.

El caso del museo francés, apunta el experto, se ha vinculado incluso a posibles injerencias extranjeras, lo que revela la dimensión geopolítica de este tipo de acciones. “El impacto es estratégico: pretende transmitir vulnerabilidad institucional y erosionar la confianza pública”, señala Lerena.

En los últimos años, museos y organismos culturales de todo el mundo han sido víctimas de ataques informáticos. En Francia, el Grand Palais Rmn, encargado de gestionar museos y sitios culturales, sufrió un ciberataque mediante ransomware. En Estados Unidos, instituciones como el Museo de Arte Rubin de Nueva York o el Museo de Bellas Artes de Boston también fueron afectadas por vulnerabilidades en el software Gallery Systems.

Según Lerena, la digitalización de los museos —que permite visitas virtuales, compras online y acceso a información histórica— ha abierto una nueva puerta para los ciberdelincuentes. “Atacar la estructura IT de un museo puede ser más fácil que la de una gran empresa, porque la inversión en ciberseguridad suele ser menor y no siempre hay equipos dedicados 24/7”, advierte.

Además de gestionar datos financieros, los museos almacenan información de alto valor sobre transacciones y coleccionismo artístico. “Son datos de enorme sensibilidad y valor incalculable. Hay que proteg