Este proyecto de la Casa Museo Genia Trigo surge como una idea tras la muerte de mi madre, dedicado a ella y a esas mujeres abnegadas de la Galicia rural. Nací en esta casa en 1960. Me alejé de ella huyendo de la miseria, como casi todos los otros 110 niños que pertenecíamos a esta misma parroquia. Nos hemos forjado en lo que nos gusta, dignificando la palabra trabajo. Recorrimos el mundo ayudando a forjarlo, y hoy algunos queremos volver a nuestra Ítaca para entregar a la aldea todo lo aprendido ahí fuera.
Estas fueron las palabras del artista Modesto Trigo dirigidas a los Amigos del Camino de Invierno, que ayer visitaron la Casa Museo Genia Trigo, en Gundivós.
Durante el recorrido por la remozada vivienda, les explicó: "Hace dos años me vine a residir aquí para poder desarrollarlo, montando mi estudio de pintura y escultura. Estoy agradecido a Elia, la coordinadora, que ha arriesgado su vida acomodada en Madrid para ayudarme a gestionarlo. No fue fácil, ante la falta de profesionales, tuvimos que desarrollar nosotros más del 60% del espacio que hemos logrado hasta el momento".

También se refirió el pintor, durante la visita, a que "el proyecto pretende ser un referente de cómo ocupar el mundo vaciado, desarrollando eventos, talleres de humanismo y ciencia, un pequeño museo etnográfico demostrativo de la autonomía que tuvo esta zona en el pasado, un aula de pintura (y en desarrollo, un aula de escultura), mostrando las más modernas técnicas artísticas con proyecciones y realidad virtual, y una cantina para promocionar nuestros productos autóctonos. Es un intento, con proyectos de futuro, para ayudar a hacer viable un nuevo desarrollo".
El artista finalmente dijo que no es una idea empresarial, pues no sería viable como tal, y que espera una respuesta de las instituciones que alivie las cargas y no ponga trabas burocráticas, pues de lo contrario será muy complejo activar este tipo de propuestas que volverían a dar vida a la Galicia vaciada.