La camelia, mucho más que una flor: Ponteareas celebra su simbología, su historia y su impacto cultural
La camelia es mucho más que una flor hermosa. Es un símbolo profundamente arraigado en Galicia, un emblema que desde hace décadas acompaña a la identidad paisajística y cultural de la comunidad. Su presencia en jardines históricos, pazos, rutas turísticas y espacios públicos la ha convertido en una seña distintiva del territorio, así como en un reclamo que cada invierno transforma las villas y ciudades con una explosión de color.
“Gracias a ella, las localidades gallegas viven cada invierno una auténtica explosión de belleza, contribuyendo al embellecimiento de nuestras calles y a la creación de un atractivo turístico que atrae a miles de visitantes”, destacó la alcaldesa Nava Castro durante la inauguración de la Exposición da Camelia de Ponteareas. El acto contó con la participación del diputado de Acción Comunitaria, Javier Tourís, y de la presidenta de la Sociedad Española de la Camelia, Carmen Salinero, y estuvo encabezado por el teniente de alcalde, Juan Carlos González Carrera.
Premios literarios y una jornada de actividades
En el marco del acto oficial, las autoridades entregaron los premios del concurso de relatos, que recayeron en Xabi Barros Rodríguez (3º premio), Martín de León González (2º premio) y Anxo Fernández Carrera (1º premio).
La jornada del sábado estuvo repleta de propuestas alrededor del mundo de la camelia, entre ellas una charla-cata de té y un taller especializado, ambas con notable participación. También actuaron las pandereteiras Sadeo, en una exposición que reunió a 27 expositores y que se convirtió en uno de los principales focos de afluencia del día.
Para el domingo, el programa mantiene abierta la exposición e incorporará —si el tiempo lo permite— la actuación de la Rondalla Santa Eulalia de Atios, que pondrá el broche musical a la celebración a partir de las 17:00 horas.
La camelia, símbolo de lucha y libertad
Más allá de su belleza, la camelia posee un trasfondo histórico y simbólico sorprendente. En 1893, en Nueva Zelanda, una camelia blanca se convirtió en símbolo de la libertad y de la lucha por el sufragio universal femenino. El 19 de septiembre de aquel año, el gobernador Lord Glasgow promulgó la ley que reconocía el derecho al voto de las mujeres. Aquella camelia blanca, lucida por mujeres y hombres que apoyaban la causa, quedó para siempre asociada a la figura de Kate Sheppard, pionera del movimiento sufragista. Hoy, la variedad que lleva su nombre mantiene vivo el recuerdo de aquella conquista histórica.
Otro ejemplo del poder simbólico de esta flor se encuentra en Brasil, donde la camelia se convirtió en un emblema del movimiento abolicionista. Su imagen acompañó la reivindicación de la libertad de las personas esclavizadas, transformándose en un mensaje silencioso pero profundamente contundente contra la injusticia.