Infiltraciones articulares en Traumatología, una herramienta efectiva para el alivio del dolor y la recuperación

Se aconseja realizar la infiltración en aquellos casos en los que se ha producido una inflamación o lesión en una articulación, tendón, ligamento o músculo.
En Traumatología, las infiltraciones consisten en introducir un medicamento con una jeringa en una zona del cuerpo. Normalmente es en el interior de un tendón, ligamento, músculo o en una articulación. 

En Traumatología, las infiltraciones consisten en introducir un medicamento con una jeringa en una zona del cuerpo. Normalmente es en el interior de un tendón, ligamento, músculo o en una articulación. 

En algunas lesiones traumatológicas, este tipo de intervenciones resultan más eficaces que administrar el medicamento por vía oral ya que se administran en la zona exacta que lo requiere.

Hay que tener claro que el término infiltración incluye muchos tratamientos que son distintos: según la patología que hay que tratar, el medicamento o sustancia que se infiltra y el lugar de la infiltración.

Respecto al coste económico, varía fundamentalmente en relación al producto o medicamento que se administre y la utilización de la ecografía como técnica para visualizar el lugar exacto a infiltrar. 

Existe una falsa creencia popular de que las infiltraciones pueden ser malas o perjudiciales. Cómo cualquier tratamiento, la aplicación incorrecta, ya sea por elegir el producto inadecuado o por infiltrar en el sitio incorrecto, puede no producir el efecto deseado. Sin embargo, realizar la infiltración del producto más adecuado para la lesión del paciente y su correcta aplicación, puede acelerar mucho su recuperación y evitar una cirugía.

El tratamiento mediante infiltraciones en la columna vertebral se centra en las articulaciones de las facetas o en el disco intervertebral. Generalmente se realizan con corticosteroides, anestésicos o factores de crecimiento plaquetario. Hay que diferenciarlas de los diferentes procedimientos que se realizan en el tratamiento de patologías de la columna vertebral y que son llevados a cabo fundamentalmente por la Unidad del Dolor.

¿CUÁNDO SE RECOMIENDA UNA INFILTRACIÓN?

Se aconseja realizar este tipo de intervenciones en aquellos casos en los que se ha producido una inflamación o lesión en una articulación, tendón, ligamento o músculo. Se suelen cursar tratamientos mediante rehabilitación y/o tratamientos analgésicos, pudiendo las infiltraciones conseguir la recuperación que estos tratamientos no han conseguido o disminuir el dolor y potenciar una más rápida curación. 

Las patologías más comunes para las que se emplea son de tipo traumatológico o reumatológico, como la artritis (inflamación de las articulaciones) y la artrosis (enfermedad degenerativa crónica que afecta al cartílago), además de la tendinitis (inflamación de los tendones), la entesitis (inflamación de la zona de unión de un músculo, tendón o ligamento con el hueso), la capsulitis (rigidez en el hombro), la bursitis (inflamación de la bolsa que protege los huesos y músculos) y la condropatía (desgaste del cartílago de las articulaciones).

SUSTANCIAS QUE SE UTILIZAN

Es una terapia en la que se emplean múltiples compuestos. Antiinflamatorios tipo corticosteroides son las infiltraciones más comunes, pero también se usa el ácido hialurónico y factores de crecimiento plaquetario (PRPs).

Es importante realizar la indicación adecuada de los diferentes productos o medicamentos según el tipo de patología y su estadio de evolución. 

TIPOS DE INFILTRACIONES

Según el lugar donde se administre, se pueden dividir en varias categorías. 

Las infiltraciones intraarticulares consisten en la introducción de una sustancia o medicamento dentro de una articulación específica. Este tipo de procedimiento está dirigido a tratar lesiones fundamentalmente del cartílago, y es crucial asegurarse de que la inyección se realice dentro de la misma. Las articulaciones en las que se utiliza con mayor frecuencia incluyen el hombro, la rodilla, el codo, la cadera, la mano, el pie y la columna.

Las infiltraciones intraarticulares pueden ser de antiinflamatorios, ácido hialurónico o factores de crecimiento plaquetario (PRPs)

Las infiltraciones intramiotendinosas, en cambio, colocan la sustancia o el medicamento dentro del tendón inflamado, roto o degenerado, Esto se realiza con el objetivo de promover la cicatrización o recuperación de la zona afectada. Las áreas comunes para este tipo de infiltración incluyen entre otras: el tendón rotuliano, el tendón de Aquiles, tendones isquiotibiales, tendones del epicondilo/epitroclea y el tendón supraespinoso.

Las infiltraciones intratendinosas suelen ser de antiinflamatorios o factores de crecimiento plaquetario (PRPs)

La infiltración debe realizarse dirigida mediante ecografía para una precisión óptima.

Efectos

Entre sus beneficios se encuentran resultados rápidos y duraderos gracias al contacto directo de la sustancia con el tejido a tratar. Aunque es posible que se necesiten sesiones posteriores a la intervención para aliviar completamente los síntomas de la lesión. 

En algunas ocasiones, las infiltraciones no consiguen el alivio total de las lesiones y puede ser necesaria la intervención quirúrgica.

Contraindicaciones

Con respecto a las infiltraciones con corticoesteroides, hay pacientes a los que no se les podrá realizar estos procedimientos, como, por ejemplo, los alérgicos al compuesto que se va a infiltrar. También es importante tener precaución en personas con enfermedades cardíacas o hipertensión, diabéticos o con patologías endocrinos, ya que en la mayoría de los casos pueden influir y descompensarse.

Además, el número total de infiltraciones con corticosteroidess no debe exceder las cuatro veces al año. El uso prolongado puede causar complicaciones sistémicas y provocar degeneración articular y osteoporosis.

 

Dr. Caballero García, especialista en patología de columna vertebral y patología traumática con más de 20 años de experiencia.